jueves, 16 de febrero de 2012

 

HEXACENTENARIO DEL COMPROMISO DE CASPE

por José-Carlos Abadía Doñaque
Versión miércoles 10 de marzo de 2021, 2º año de la pandemia

Síntesis del Compromiso de Caspe (1412), como modesta contribución al VI Centenario del acontecimiento.

Panorama europeo
Fue éste un acontecimiento europeo, cuando quienes vivían en el Antiguo Continente desconocían la existencia del Nuevo, y viceversa. Dentro del Antiguo Continente existía una cesura, una profunda división –que, lamentablemente, aún persiste en algunos aspectos- entre dos grandes civilizaciones de la Historia humana: la cristiana y la musulmana. Por aquel entonces los dos principales puntos de fricción eran con el Imperio Bizantino en Oriente, y con el reino nazarí de Granada en Occidente.

Ambas civilizaciones estaban, a su vez, escindidas de modo múltiple
Hacía siglo y medio que Hulagu y sus mongoles habían tomado y saqueado Bagdad, dando muerte al último califa Al-Mustacsim (1258) y extinguiendo para siempre el Califato cAbbāsī. Permanecía el Islam fragmentado políticamente en numerosos principados, que se extendían desde las costas del Atlántico hasta Sumatra y Java, desgarrado además entre sunnitas y chiítas. Entre los musulmanes iba alcanzado creciente prestigio y preponderancia el sultán otomano.

El Cisma entre ortodoxos y católicos. La Guerra de los Cien Años
Desde 1054, el Oriente y el Occidente cristianos vivían separados por el cisma que aún hoy perdura entre ortodoxos y católicos. Desde 1337 se alargaba interminablemente la llamada Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra.

Fin del reino de la Pequeña Armenia (1375)
En 1375, los ejércitos de Egipto, gobernado entonces por los Mamelucos, invadieron el reino de la Pequeña Armenia. Su rey León V se encastilló en la fortaleza de Kapan, pero hubo de rendirse, cayendo con su familia en poder de los conquistadores. Fue trasladado a Jerusalén, y después a El Cairo. No fue liberado hasta 1382, en que su rescate fue pagado por Juan de Loric, embajador del rey de Castilla Juan I.

El Cardenal de Aragón
Gregorio XI, en el Consistorio de 20 de diciembre de 1375, creó cardenal al arzobispo de Palermo, el aragonés don Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor, con rango de cardenal diácono y con el título de Santa María in Cosmedin (Ver [23], p. 65). Pronto fue conocido como «el cardenal de Aragón».

El Gran Cisma de Occidente
Desde el aciago año de 1379, el Occidente cristiano se escindió a su vez entre dos obediencias: Aviñón y Roma. Un tercer grupo de naciones permanecía a la expectativa, sin tomar partido ni por uno ni por otro papa. A Clemente VII, refugiado en Aviñón desde 1379, le siguieron inicialmente los reinos de Francia, Nápoles, Castilla y Escocia, y el ducado de Lorena.

Larga tregua en la Guerra de los Cien Años. Fallece el rey de Francia
En 1380 falleció Carlos V, rey de Francia, sucediéndole su hijo de doce años Carlos VI. Se inició en ese mismo año de 1380, en la Guerra de los Cien Años, una larga tregua que duraría hasta 1415.
Desde 1392, el joven Carlos VI sufriría ataques intermitentes de locura, por lo que su tío Felipe II el Atrevido, duque de Borgoña, se hizo cargo del poder. Pero las tensiones políticas subsiguientes fueron incesantes.

Fallece el rey de Aragón, decano de la Cristiandad
La Corona de Aragón incluía los reinos de Aragón, Valencia, Mallorca, y Cerdeña, a los que Pedro IV agregó Sicilia; el principado de Cataluña; los condados de Rosellón y de Cerdaña y, en Grecia (entre 1381 y 1390), los ducados de Atenas (Ática y Beocia) y de Neopatria (Tesalia).

Aragón se mantuvo neutral entre ambos papas mientras vivió Pedro IV el Ceremonioso, que falleció la víspera de la Epifanía de 1387, tras cincuenta y un años de reinado y cuando era el decano de los príncipes cristianos.


Pedro IV el del puñalico, rey de Aragón y de Valencia
Efigie realizada en hierro por José Gonzalvo (Ayuntamiento de Rubielos de Mora)


Su hijo y sucesor Juan I, a instancias del cardenal de Aragón, reunió en Barcelona a los prelados de la Corona de Aragón, que acordaron solemnemente, el 4 de febrero de 1387, prestar obediencia a Clemente VII.



Azulejo con la heráldica del cardenal de Aragón don Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor
Bajo el capelo cardenalicio, y de gules, un menguante de luna ranversado, de plata, con punta de lo mismo.
(De la desaparecida iglesia bilbilitana de San Pedro Mártir)


La quiebra de los banqueros barceloneses
La crisis económica de 1381 acabó provocando la quiebra de los principales banqueros que habían financiado las guerras de Pedro IV. Hicieron bancarrota los barceloneses Descaus, D'Olivella, Pasqual y Esquerit, el gerundense Medir, y el perpiñanés Garí. [22]. Barcelona dejó así de ser el motor económico de la Corona.
Juan I decidió recurrir a banqueros florentinos y lombardos, incluyendo en su Consejo al «lombardo de Asti».

El Cisma en España y en Europa
Fallecido el rey de Navarra Carlos II el Malo el 1º ene 1387, cuatro días antes que el Ceremonioso, su sucesor Carlos III el Noble convocó Cortes, que decidieron reconocer a Clemente VII como verdadero papa.

Sumando dichos reinos de Aragón y de Navarra, quedaron en obediencia al papa Clemente VII, residente en Aviñón, los países siguientes: los reinos de Francia, Nápoles, Castilla, Escocia, Aragón y Navarra, y el ducado de Lorena. Prestaban su obediencia al papa de Roma los reyes de Inglaterra, Dinamarca, Noruega y Suecia, los territorios de la Orden Teutónica, los reyes de Polonia y de Hungría, y los potentados de la Italia del Norte, así como las repúblicas marítimas de Génova y Venecia. Permanecía neutral el Emperador, así como el reino de Portugal.

La batalla del Campo de los Mirlos (1389)
Una grande y memorable batalla campal tuvo lugar el 28 de junio (equivalente al 15 de junio en el calendario juliano usado por los cristianos ortodoxos) de 1389, cerca de Pristina (Kosovo), en el paraje conocido como Campo de los Mirlos (Косовски бој/Kosovski boj), entre el zar Lazar de los serbios y sus aliados, por parte cristiana, y, por parte musulmana, el ejército turco, comandado por el sultán Murad I y sus hijos Yakub (el mayor) y Bayaceto (el menor). Lazar cayó en poder de los turcos y fue decapitado. Murad I fue muerto por un serbio llamado Miloš Obilić, que logró infiltrarse en el campamento turco y asesinarlo, antes de ser aniquilado por la guardia. Ese mismo día 28 de junio sería asesinado en Sarajevo siglos después, en 1914, el archiduque Francisco Fernando, heredero del imperio Austro-húngaro, crimen que desencadenaría la I Guerra Mundial. También sería serbio el asesino: el joven Gavrilo Princip, agente de la Mano Negra, la organización secreta del coronel Apis. Pero volvamos al Campo de los Mirlos: Muerto Murad I, Bayaceto se hizo con la dignidad de sultán, tras ejecutar a su hermano mayor Yakub, al que acusó de cobardía y traición. En cuanto al resultado de la batalla, puede decirse que ambos bandos obtuvieron pírrica victoria. Bayaceto regresó a sus tierras, pero la flor y nata de la nobleza serbia murió en combate, tras hacer prodigios de valor frente a un enemigo muy superior en número. La épica batalla sigue siendo cantada hasta nuestros días por los guslares (bardos) serbios al son de la guzla (pequeña y piriforme guitarra monocorde).

EUROPA DURANTE EL GRAN CISMA DE OCCIDENTE



Anaranjado: obediencia de Aviñón                       3 Reino de Navarra
Amarillo-Gualda-Azul: obediencia de Roma         4 Milanesado
Gris: países católicos neutrales                              5 Gualda: Génova
Grana: Imperio Bizantino                                       6 Florencia
Rosado: otros países ortodoxos                            7 Ducado de Atenas
Verde-Verde claro: naciones islámicas                  8 Ducado de Neopatria
EP: Estados Pontificios                                          9 Reino de la Pequeña Armenia
1 Ducado de Lorena                                            10 Principado de Morea
2 Ducado de Borgoña                                           Azul: Venecia

Las fechas junto a Tesalónica, Filadelfia y Tirnovo indican su caída en poder de los turcos otomanos.
La indicación "1389 x Kosovo" data y ubica la batalla del Campo de los Mirlos.


Juan I cede los ducados griegos. Matanzas de judíos en España
En 1390, Juan I renunció a ambos ducados griegos a favor de la familia florentina Acciajuoli, aunque los títulos volverían años después a Aragón vía Nápoles, y aún los ostentó el rey de España Juan Carlos I hasta su abdicación el 19 de junio de 2014, fecha en que pasaron a su hijo y sucesor don Felipe.
En 1391 se desataron crueles matanzas de judíos en Sevilla, que se propagaron a Valencia y Barcelona. Juan I mandó encarcelar a los predicadores castellanos acusados de incitar las agresiones. En Aragón fueron respetadas las vidas y haciendas de los judíos.

Los caballeros sanjuanistas
El 15 feb 1113, cuando la ciudad de Zaragoza aún era musulmana, el papa Pascual II expidió el privilegio Pie postulatio voluntatis, por el que la recién nacida hermandad hospitalaria de Jerusalén se convertía, bajo el patrocinio de San Juan Bautista, en Orden soberana con derecho a elegir libremente a sus superiores.
Cuando se perdió Tierra Santa, la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén se instaló (1309) en Rodas (tras breve estancia en Chipre).
La Orden, también llamada de los sanjuanistas, poseía numerosas encomiendas en toda Europa, agrupadas en «lenguas», que nutrían de caballeros, de pertrechos y de oro a la isla y castillo de Rodas, su baluarte principal en Oriente [9].
Las Lenguas, cuando la Orden llegó a Rodas, eran siete, clasificadas jerárquicamente de acuerdo con su antigüedad así: Lengua de Provenza, Lengua de Arvernia, Lengua de Francia, Lengua de Italia, Lengua de Aragón, Lengua de Inglaterra, y Lengua de Alemania. En el Capítulo General de 1461, convocado por el Gran Maestre Petrus Raymundus Zacosta (1461-1467), se dividió en dos la Lengua de Aragón: una conservó su nombre y puesto en la escala, la otra se denominó Lengua de Castilla y ocupó la octava posición [10], p. 16. Se englobaron en esta Lengua desde entonces, además, los caballeros portugueses.

Los albergues de las Lenguas en Rodas
Cada Lengua tenía su propio albergue en la Calle de los Caballeros (Οδος των Ιπποτων) de Rodas. Desde el puerto se accede al punto más bajo de la referida Calle de los Caballeros traspasando la Puerta de Arnaldo. Subiendo hacia la Plaza Kleobulu, se encuentra a la derecha (lado norte de la calle) el Albergue de la Lengua de Italia y, algo después, el de la Lengua de Francia, con fachada mucho mayor. Más adelante, siempre a la derecha subiendo, y haciendo esquina con la Calle de Poseidón, está el Albergue de la Lengua de Provenza. Justo enfrente, en el lado izquierdo (lado sur) de la calle, se alza un edificio muy grande: el Albergue de la Lengua de Aragón (ver foto), con su portal de arco semicircular formado por las características grandes dovelas aragonesas, idénticas a las que hubo en la Encomienda sanjuanista en Caspe (ver más adelante). Está rotulado, sin embargo, con el texto "Albergue de España".
  Es preciso aclarar que jamás tuvo la Orden, mientras permaneció en Rodas, (1309-1522) una "Lengua de España"; ni tampoco la tuvo cuando se instaló en Malta (desde 1530); otra cosa es que acudieran al Albergue de Aragón en Rodas, hasta la separación de 1461, como parece lógico, los caballeros de todos los reinos que había en Hispania en esa época, lo que incluiría a los portugueses.
   A la izquierda del portal de características grandes dovelas aragonesas, hay un acceso para carruajes, y directamente sobre su arista izquierda, un arco sobre la citada Calle de los Caballeros.

Foto (2015) cortesía de Jaime Busto Abadía

Rodas, el arco sobre la Calle de los Caballeros
La foto mira hacia el puerto, quedando el portal del Albergue de Aragón
 a la derecha de la foto

Dicho muy restaurado arco, dudosamente medieval por tratarse de un arco rebajado, tiene una única ventana, muy sencilla, que no está en el centro del mismo. Se aprecian vestigios de otra ventana, a la derecha mirando hacia el puerto, es decir, hacia el este, pero cerrada con piedras más claras. El arco comunica el Albergue de Aragón con un edificio contiguo al Albergue de Provenza, edificio contiguo que pudo haber formado parte del repetido Albergue de Aragón.
   Toda esa zona está muy restaurada, y no se conserva in situ ningún escudo heráldico. Sin embargo, en el Museo de Rodas, que ocupa el antiguo Hospital de la Orden, hay diversas piedras armeras con el blasón del Gran Maestre aragonés (1377-1396) Fray Juan Fernández de Heredia. (Ver foto más adelante).


Rodas, Calle de los Caballeros
Portal del albergue de la Lengua de Francia



Rodas, Calle de los Caballeros
Portal del albergue de la Lengua de Aragón (hoy albergue de España),
con las características grandes dovelas aragonesas

  Según [10], p. 138, en el Museo Arqueológico de Estambul se conservan siete blasones "que estaban encima del pasadizo de la calle que atraviesa el edificio de norte a sur", en un marco en forma de cruz. "En la fila superior, en el centro, los escudos de Castilla, Aragón y Granada, unidos en un blasón, estaban rodeados [o flanqueados] por el escudo de Portugal, a la izquierda, y el de Navarra, a la derecha". Y añade el referido texto: "En los dos extremos de la misma fila se encontraban los escudos de armas de A. Fluvian y de E. d'Amboise."

Problemas de fechas
Ahora bien: Antonius Fluvian de la Riviere (nacido en el condado de Urgel, en la Corona de Aragón) sucedió como Gran Maestre a Filiberto de Naillac en 1421. Todavía seguía entonces en sus trece el papa Luna en Peñíscola, donde fallecería en 1423. Fluvian de la Riviere ostentó el maestrazgo hasta su muerte en 1437; pero Aymericus (o Emery) d'Amboise, no ostentaría tan alta dignidad hasta mucho después: de 1503 a 1512.


Foto (2015) cortesía de Jaime Busto Abadía

Rodas, calle de los Caballeros
Sobre el arco de acceso al Albergue de Aragón,
entre las dos ventanas, 
el escudo de armas de Antonius Fluvian de la Riviere,
Gran Maestre de 1421 a 1437


Blasón de Antonius Fluvian de la Riviere,
Magnus Magister (1421-1437)

  Las fechas del segundo de los dos citados Grandes Maestres no encajan con el blasón combinado de Castilla-León (1º y 4º cuarteles) y Aragón-Sicilia (2º y 3er cuarteles), que incorporó la granada del Reino de Granada solamente desde 1492. Por otra parte, aunque al enviudar Fernando el Católico en 1504, siguió gobernando en Castilla, ésta fue separada de Aragón durante el brevísimo reinado (1506) en Castilla (pero no en Aragón) de Felipe el Hermoso, a cuyo fallecimiento su suegro Fernando el Católico fue llamado para gobernar de nuevo Castilla-León hasta su muerte (23 de enero de 1516), pero como regente de su hija Juana de Aragón, que era la reina titular. Por lo tanto, hay un periodo heráldicamente confuso hasta que ambas coronas (Aragón-Sicilia, más Nápoles, por un lado, y por otro, Castilla-León, incluyendo Canarias y las Indias Occidentales) volvieron a reunirse por herencia, ya con Carlos I (1516-1556), nieto del Rey Católico; pero para 1516 ya había fallecido el Gran Maestre d'Amboise.  

   En la donación de 1210 que se cita más abajo intervienen, por una parte el rey de Aragón y conde de Barcelona, y por otra, en nombre de la Orden de San Juan, dos dignatarios: el Gran Prior de Navarra, y el Castellán de Amposta. Por lo tanto, Navarra, como Gran Priorato de la Orden sanjuanista, formaría parte de la Lengua de Aragón, aunque no de forma inmediata, dada su no aceptación del testamento de Alfonso el Batallador, no aceptación que causó dilaciones y dificultades con las Órdenes herederas. El reino de Navarra como tal  fue incorporado tres siglos después (1512) a su corona por Fernando el Católico quien, en vez de reincorporarlo al reino de Aragón del que se había desmembrado en 1134, lo incorporó a Castilla, antes de fallecer el 23 de enero de 1516. En la heráldica del Rey Católico, las cadenas de Navarra se insertaron en la parte inferior de las barras de Aragón.


Catedral de Granada, Puerta del Perdón: escudo de armas de la Monarquía hispánica (~1540)

El 1º y 4º cuarteles son Castilla y León. El 3er cuartel es Aragón-Sicilia (jurídicamente, Aragón-Trinacria)
El 2º cuartel es el más complicado, pues está a su vez dividido en tres fajas verticales: en el jefe de la 1ª está Aragón, y en la punta, Navarra -incorporada heráldicamente a partir de 1512- ;
la 2 º faja vertical es Jerusalén -el antiguo reino cruzado, que acabó adscrito al reino de Nápoles (jurídicamente llamado "Reino de Sicilia"), e incorporado a la Corona de Aragón por el Rey Católico-; la 3ª faja vertical son las armas propias de Nápoles (jurídicamente "Sicilia"): fajas horizontales de gules y de plata, procedentes de la Hungría de los Arpad, a través del rey Carlos Roberto.

   En el reino de Portugal, las encomiendas del Temple no pasaron a los sanjuanistas al extinguirse, sino que formaron la nueva Orden de Cristo. Los sanjuanistas portugueses se integraron en la Lengua de Castilla, al desmembrarse ésta de la Lengua de Aragón en 1416. Después, Portugal solamente tuvo tres reyes comunes con Aragón y con Castilla, los tres llamados Felipe, aunque únicamente el segundo lo fue durante todo su reinado. Habrá que concretar a qué fechas corresponde la inclusión del escudo del reino de Portugal en el conjunto heráldico que aquí comentamos.
    
   El 2º sitio de Rodas por los turcos (1522-1523) acabaría con la rendición de los caballeros sanjuanistas, que capitularon la marcha de los sobrevivientes fuera de la isla de Rodas. Entonces se iniciaron varios siglos de dominación turca, y los Albergues dejaron de funcionar para siempre como tales.

Origen de las encomiendas aragonesas
Las encomiendas en el reino de Aragón arrancaron jurídicamente del testamento de Alfonso I el Batallador (1), y de las negociaciones posteriores con el conde Ramón Berenguer IV, príncipe de Aragón, y con su hijo y sucesor, el rey Alfonso II el Casto.







Sepulcro, Hospital, Temple,
Las tres órdenes religioso-militares
herederas del reino de Aragón

La Orden del Santo Sepulcro en el Reino de Aragón
Se la considera la Orden más antigua de Tierra Santa, fundada por Godofredo de Bouillon en 1098 en la Jerusalén conquistada en la Primera Cruzada. Era una guardia noble que protegía Jerusalén y el Santo Sepulcro.
En la lejana España, el 25 de junio de 1120, festividad de San Juan Bautista, los musulmanes de Calatayud, tras su horrorosa derrota en la batalla de Cutanda, capitularon la entrega de la amurallada ciudad, de su inexpugnable complejo fortificado con cinco castillos, y de toda su comarca al victorioso rey de Aragón Alfonso I el Batallador.
Muerto el Batallador sin descendencia en 1134, en aplicación de su testamento, los aragoneses encomendaron a la orden del Santo Sepulcro, entre otras posesiones, un Convento en Calatayud como sede de la Orden. 
Entre 1247 y 1287, las encomiendas europeas de la Orden se estructuraron en seis grandes prioratos: Italia (Capua), Aragón (Calatayud), León (Toro), Francia (Orleans), Polonia (Miechow) e Inglaterra (Warwick).
Tras el Cisma de Enrique VIII de Inglaterra, el papa Inocencio VIII, por Bula de 1489, los reduce a tres: Calatayud (España), Orleans (Francia) y Miechow (Polonia).
En 1847, el papa San Pío IX firma un Concordato con la Sublime Puerta que permite la restauración del Patriarcado latino de Jerusalén. Inmediatamente, se reconocen los privilegios de la Orden de Caballeros del Santo Sepulcro.
Actualmente, la casa madre en España tiene su sede en la Real Colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud. En Zaragoza, la Orden tiene un convento femenino de Canonesas del Santo Sepulcro en el monasterio de la Resurrección, sito junto a la muralla romana. La Orden tiene hoy dos Lugartenencias en España: la Oriental, que se corresponde con la antigua Corona de Aragón, y la Occidental, correspondiente al antiguo reino de Castilla y León. Cada Lugartenencia está regida por un Lugarteniente, un Gran Prior, y un Consejo.

La Castellanía de Amposta
Inicialmente, las encomiendas de la Orden del Hospital en el reino de Aragón y en el condado de Barcelona constituyeron la Castellanía de Amposta. La sede del Castellán se instaló en el palacio de la Zuda de Zaragoza, en lo antiguo palacio de Augusto, que había sido residencia de los reyes musulmanes de Zaragoza, y desde la conquista el miércoles 18 de diciembre de 1118, de los reyes cristianos de Aragón.


Zaragoza: iglesia de San Juan de los Panetes;
a la izquierda, torreón de la Zuda; a la derecha, convento con su inclinada torre mudéjar
(que aparece como vertical en la foto a causa de la perspectiva).
Entre el torreón y la iglesia estuvo el palacio de la Zuda, residencia de los reyes moros,
palacio del que tomó posesión Alfonso I el Batallador el miércoles 18 de diciembre de 1118.
En 1180, Alfonso II el Casto, lo donó a la Orden del Hospital,
que instalaría allí la sede del Castellán de Amposta

En 1210, Pedro II el Católico recibió de la Orden del Hospital todos los judíos dependientes de la Orden en Aragón (reino que entonces se extendía desde el río Segre hasta Ariza, según afirma el documento que aquí se reproduce), más una morería en Huesca y otra en Zaragoza, dando a cambio la villa y castillo de Cabañas, cerca de Ricla. De esta población de Cabañas rodeada de foso, por la que tan alto precio pagó la Orden del Hospital, queda hoy solamente la ermita de la Virgen de Cabañas, a la derecha de la carretera A-122 de La Almunia de Doña Godina a Calatorao, cerca de donde estuvo la ciudad amurallada de Nertóbriga.

Dice así la carta de permuta. (Ver [25]):
In Cristi nomine.
Sit notum cunctis quod nos Petrus Dei gratia rex Aragonum et comes Barchinone bono animo et spontanea voluntate, per nos et omnes successores nostros damus et concedimus, laudamus et 
corporaliter tradimus domino Deo et eius gloriose genitrice semper Virginis Marie et beato Iohanni et vobis fratri Eximino de Lavata magno preceptori Hospitalis in Hispania et fratri Eximino de Morieta priori de Navarra et fratri Martino de Andos castellano Emposte et per vos domni et fratribus Hospitali Ierosolimitano presentibus et futuris in perpetuum in concambium et conmutationem perpetuam omnium judeorum et iudearum quos vos et Hospitale habetis et habere debetis aliquo modo a flumem Sicore usque Farizam vel in aliquo loco totius Aragonis et unius mauris quem habetis in Osca et alterius quem in Cesaraugusta habetis, ..., castellum et villam scilicet de Cabanyas que sunt iuxta Riclam cum cristianis et mauris omnibus que ibi sunt.
(Diplomatario de La Almunia de Doña Godina, estudiado y editado por Ángel Canellas López)

(En el nombre de Cristo
Sea a todos notorio que Nos, Pedro [II], por la gracia de Dios rey de los Aragones y conde de Barcelona, con buen ánimo y espontánea voluntad, por Nos y por todos nuestros sucesores, damos y concedemos, laudamos y corporalmente entregamos al señor Dios y a su gloriosa madre la siempre Virgen María, y a San Juan, y a vos fray Jimeno de Lavata, Gran Preceptor del Hospital en España, y a fray Jimeno de Morieta Prior de Navarra, y a fray Martín de Andos Castellán de Amposta, y para vosotros señores y freires del Hospital Hierosolimitano presentes y futuros para siempre en trueque y permuta perpetua de todos los judíos y judías que vosotros y el Hospital tenéis y debáis tener de algún modo desde el río Segre hasta Ariza o en otro lugar de todo Aragón, y de una morería que tenéis en Huesca y de otra que en Zaragoza tenéis ... el castillo y villa llamado de Cabañas, que están contiguos a Ricla, con los cristianos y los moros todos que allí están.)

Posteriormente, cuando se extinguió la Orden del Temple, sus encomiendas en el reino de Aragón, es decir, desde Ariza hasta el Segre y al sur del río Ebro (más Torrente y Onda en el reino de Valencia), engrosaron la Orden del Hospital y, concretamente, la Castellanía de Amposta; sus encomiendas en Cataluña, unidas a las encomiendas sanjuanistas, constituyeron el nuevo priorato de Cataluña; mientras que las encomiendas del Temple y del Hospital en el reino de Valencia (excepto Torrente y Onda) constituyeron la nueva Orden de Montesa, refrendada por el papa Juan XXII.
La sede de la Castellanía de Amposta siguió en el zaragozano palacio de la Zuda, con su iglesia anexa de San Juan de los Panetes. Reinaba entonces en Aragón Jaime II el Justo.


Encomiendas de la Castellanía de Amposta,
tras la extinción del Temple

El Gran Maestre fray Juan Fernández de Heredia. Muerte del papa Clemente VII (1394)
Un personaje destacaría en la Orden del Hospital, primero ascendiendo hasta Castellán de Amposta (1346-1377), después como Gran Maestre (1377-1396), en Rodas y en Morea, y junto a los papas, como su asesor y firmísimo apoyo: el aragonés fray Juan Fernández de Heredia (*Munébrega 1292?- † Aviñón 1396). [16] y [17]. Se rumoreaba que había tomado parte en la batalla de Poitiers (1356), al principio de la Guerra de los Cien Años.




Escudo de la Orden del Hospital de San Juan flanqueado por dos escudos del Gran Maestre Heredia
(Museo de Rodas en el antiguo Hospital sanjuanista)

Fernández de Heredia dejó a la posteridad un grandioso legado filológico de traducciones del griego al aragonés. Puede leerse en el artículo "La batalla de Manciquerta", en este mismo blog, la descripción de esa batalla en lengua aragonesa.

Al Gran Maestre Heredia entregó Clemente VII en su lecho de muerte (16 sep 1394) su cruz pectoral con el Lignum Crucis. Cuando dos años después falleció a su vez, también en Aviñón, el Gran Maestre, dejó dispuesto que su cuerpo fuese trasladado al convento sanjuanista de Caspe, y así se hizo. [12]. Le acompañó el Lignum Crucis, que aún puede venerarse en Caspe. [8]


El Lignum Crucis donado al bailío de Caspe por el Gran Maestre Heredia, sobre el que juraron los Nueve.
Salvado del saqueo e incendio de 1936 se cobija desde 1944 bajo este templete de alabastro.
(Obra de los artistas zaragozanos José Bayo Albiac y su hijo José María Bayo Sanjuán)

Elección de Benedicto XIII
El 26 de sep de 1394 se reúne el conclave (de la obediencia de Aviñón), y el 28 resulta elegido papa el cardenal de Aragón, unánimemente, sin más abstención que la suya propia.

Con estas palabras comunicaban los cardenales franceses a Carlos VI, rey de Francia, la elección:
«Ce lundi ensuivent, a heure de tercie, par la grace du S. Esperit, gardée en ce la voye de scrutine, trés reverent père en Dieu mon Seigneur le cardinal de la Lune fu par tous les diz seigneurs cardinaulx concordablement esleu en pape ...».
(Este lunes siguiente, a hora de tercia, por la gracia del Santo Espíritu, guardada en esto la vía de escrutinio, el muy reverendo padre en Dios, Monseñor el cardenal de la Luna fue por todos los dichos señores cardenales concordantemente elegido papa ...).
El cardenal don Pedro Martínez de Luna adopta el nombre de Benedicto, décimotercero de este nombre, y es solemnemente coronado el 11 de octubre en la catedral de Aviñón.

Con respecto al coste de la ceremonia, escribe Martín de Alpartil en [1]: «Nam secunda die sue assumpcionis ad papatum ... cum super pignoribus de habendis pecuniis actum fuisset, pignora opportuna in palatio ad impignorandum sufficiencia reperta non fuerunt, cum omnia iocalia cappelle pro maximis pecuniarum summis in posse domini Iohannes Ferdinandi de Heredia, magistri hospitalis Sancti Iohannis Iherosolimitani; et mitre et multa alia iocalia in posse plurimorum mercatorum per dominum Clementem papam septimum, immediatum predecessorem predicti domini nostri, impignorata essent. Sed cum predictus dominus magister ... tandem finaliter graciose persone domini nostri predicti omnia obtulit, nil penitus de principali nec accessoriis sibi retinendo». [1] Capº IV.
(Pues al segundo día de su asunción al papado ... habiéndose intentado conseguir dinero empeñando objetos, no fueron encontradas en palacio suficientes prendas para ser pignoradas, dado que todas las jocalias de la capilla estaban en poder de don Juan Fernández de Heredia, Maestre del Hospital de San Juan Hierosolimitano, a cambio de grandes sumas de dinero; y las mitras y otras muchas jocalias en poder de múltiples mercaderes ... al haberlas pignorado el señor papa Clemente VII, inmediato predecesor del precitado señor nuestro. Pero, habiendo el precitado Maestre ..., ofreció todas ellas graciosamente a la persona del señor nuestro, no reteniendo nada para sí ni del principal ni de los intereses).


Presunto retrato (ver, no obstante, Nota 6) de Benedicto XIII en 1397
Busto-relicario de San Valero, obispo de Zaragoza (290-315),
donado por Benedicto XIII a La Seo de Zaragoza

Así comenzó el calvario, que duraría treinta años, de este hombre íntegro, de agudísima inteligencia y escasa estatura física, pero de gigantesca talla moral e inquebrantable voluntad, que contra viento y marea se mantendría en sus trece, conservando sobre sus sienes la tiara de San Silvestre.

El Gran Maestre, ya muy anciano, fallecería en Aviñón dos años después (marzo de 1396).




Tapa del sarcófago del Gran Maestre de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén y de Rodas
fray Juan Fernández de Heredia, vera efigie con su característica barba bifurcada.
Esta joya ojival "desapareció" de la iglesia de Caspe durante la ocupación
(entre el 20 de julio de 1936 y el 10 de marzo de 1938)

Desastrada muerte del rey de Aragón Juan I
También en 1396, el 19 de mayo, en lo que pareció ser un accidente de caza, murió inesperadamente el rey de Aragón Juan I, sin dejar heredero varón, sino solamente una hija, llamada Yolanda (o Violante) como la reina, que era hija del conde Roberto de Bar. Contaba 46 años de edad.



Calle de Zaragoza dedicada a la reina de Aragón
Yolanda de Bar, segunda esposa del rey Juan I

Martín I, nuevo rey de Aragón
Pasaba la corona a su hermano don Martín, cuyo hijo don Martín el Joven, rey de Sicilia, luchaba victoriosamente en Cerdeña. Al año siguiente, Martín I se trasladaría personalmente a Aviñón a rendir pleitesía a Benedicto XIII, que le distinguió entregándole la Rosa de Oro (domingo de lætare 1º de abril de 1397).

La batalla de Nicópolis
También en ese ominoso año de 1396 tuvo lugar una gran batalla en Nicópolis, junto al Danubio (25 de septiembre). Una cruzada en la que tomaron parte caballeros franceses, ingleses, del Hospital (con el futuro Gran Maestre Filiberto De Naillac), de Valaquia, de Hungría (con el rey Segismundo, futuro emperador) asedió Nicópolis. El sultán otomano Bayaceto I acudió a levantar el cerco, obteniendo una gran victoria. Segismundo y De Naillac pudieron escapar a duras penas, regresando a Occidente por el mar Negro.

Enrique IV de Lancaster, rey de Inglaterra
En 1399, el rey Ricardo II de Inglaterra fue depuesto por su primo Enrique de Lancaster, que reinó con el nombre de Enrique IV.

Martín I trae a La Aljafería, desde San Juan de la Peña, el cáliz lapídeo de la Última Cena (1399)
Publicó don Antonio Beltrán Martínez en El Santo Cáliz de la catedral de Valencia (Valencia, 1960), el siguiente documento:

«In Dei nomine.
Pateat universis Quod cum excellentissimus princeps et dominus Martinus dei gratia Rex Aragonum Valentie Maiorice Sardinie Corsice Comesque Barchinone Rossilionis et Ceritanie desideraret et afectaret multum habere in Capella sua illum Calicem lapideum cum quo dominus noster Iesus Xps. in sua sancta cena sanguinem suum preciosissimum consecravit ... et pro dicto habendo calice dictus dominus Rex Reverendum in xpo. patrem Anthonium Archiepiscopum Athenarum Consiliarium suum ac dictum Monasterium [santi Johannis de la penya sito in montaneis Jacce Regni Aragonum] destinasset. Tandem die veneris intitulata XXVI die Septembris anno a nativitate domini Millesimo Trecentesimo Nonagesimo nono dictus Reverendus Archiepiscopus et religiosus frater bernardus Prior claustri dicti Monasterii fecerunt relacionem predicto domino Regi existenti in sua Capella minori Aljaffarie Civitatis Cesarauguste, quod explicata credencia per ipsum Archiepiscopum ex  parte dicti domini Regis conventui predicti Monasterii omnes priores et Monaschi ipsius Monasterii tenuerat capitulum super tradicione Calicis supradicti. Et finaliter deliberunt concedere dictum Calicem nemine discrepanti domino Regi predicto. Quibus recitatis predictus prior nomine suo et dicti Monasterii presentavit dicto domino Regi et tradidit in manibus suis calicem lapideum supradictum  ...
De quibus omnibus et singulis supradictus dominus Rex jam dictus mandavit per me berengarium sarta Secretarium suum presens fieri instrumentum in testimonium premissorum presentibus testibus nobilibus berengarius de Crudiliis Rogero de Montechateno et Olfo de proxida Militibus consiliariis et Camarlengis dictis domini Regis.»

(En el nombre de Dios.
Sea a todos patente que, deseando y anhelando mucho el excelentísimo príncipe y señor Martín, por la gracia de Dios rey de Aragón, de Valencia, de Mallorca, de Cerdeña y de Córcega, y conde de Barcelona, del Rosellón y de Cerdaña tener en su capilla el cáliz lapídeo con el que Nuestro Señor Jesucristo consagró en su Santa Cena su sangre preciosísima ... para conseguir dicho cáliz, el dicho señor Rey destinó al reverendo en Cristo Padre Antonio, Arzobispo de Atenas, consejero suyo, a dicho monasterio [y convento de San Juan de la Peña, sito en las montañas de Jaca del Reino de Aragón]. Así, el viernes XXVI de septiembre del año del nacimiento del Señor milésimo tricentésimo nonagésimo nono, el citado reverendo Arzobispo y el religioso Fray Bernardo, prior del claustro de dicho monasterio, relataron al precitado señor Rey, estando en su capilla menor de La Aljafería de la Ciudad de Zaragoza, cómo, explicado su encargo por el mismo Arzobispo, de parte del citado señor Rey, al precitado monasterio, todos los priores y monjes del mismo monasterio celebraron Capítulo acerca de la entrega del precitado cáliz. Y, finalmente, aceptaron conceder dicho cáliz, nemine discrepante, al precitado señor Rey. Relatado lo cual, el precitado prior, en nombre suyo y del citado monasterio, presentó al citado señor Rey y entregó en sus manos el precitado cáliz lapídeo ...
De todas y cada una de las precitadas cosas, el ya citado señor Rey me mandó a mí, Berengario Sarta, secretario suyo presente, hacer instrumento en testimonio de las premisas, presentes los testigos: los nobles Berengario de Cruilles, Rogerio de Montechateno y Olfo de Proxida, caballeros consejeros y camarlengos del citado señor Rey).

Incursión de Tamerlán
El 25 de julio de 1402, Tamerlán derrotó y capturó a Bayaceto I, que murió prisionero, arrebatando posteriormente a los caballeros sanjuanistas la ciudad de Esmirna.
La derrota otomana dio un momentáneo respiro al agonizante Imperio Bizantino, pero Tamerlán murió en 1405, y la situación revertió pronto.

Enviuda el rey de Aragón. Fallece el rey de Castilla 
En 1406 se produjo la irreparable pérdida de la reina de Aragón doña María de Luna, que falleció de apoplejía cuando se dirigía a Valencia a reunirse con el rey Martín I su marido. En Castilla, al fallecer Enrique III el Doliente en la Navidad de 1406, correspondió la corona a su hijo Juan II, nacido el año anterior. Ejercían la co-regencia su madre doña Catalina de Lancaster y su tío don Fernando, hermano de su padre el rey Enrique III. Ambos hermanos eran hijos de Juan I de Castilla y de doña Leonor de Aragón, hermana de los reyes de Aragón Juan I y Martín I, y de doña Isabel, esposa de don Jaime de Aragón II, conde de Urgel.

Asesinato de Luis, duque de Orleans
Junto con el de Borgoña y el de Berry había formado parte de la embajada de los tres duques, enviada –en nombre del rey Carlos VI- a Benedicto XIII en los inicios de su pontificado para instar su abdicación. De los tres potentados era el más amistoso para con el papa aragonés. Éste perdió un grande y poderoso amigo al ser asesinado el duque en la calle y en pleno día en París el 23 de noviembre de 1407.

El Concilio de Perpiñán
Tras numerosas vicisitudes, y para poner fin al Cisma, Benedicto XIII convocó (15 nov 1408) en los dominios del rey de Aragón, concretamente en Perpiñán, Concilio General. Se reunieron en la capital del condado del Rosellón numerosos obispos de los reinos hispánicos y del mediodía francés. Asistieron 9 cardenales, 4 arzobispos (Zaragoza, Tarragona, Toledo y Sevilla), y 120 obispos. El concilio perpiñanés le reconoció como papa legítimo, exhortándole, no obstante, a abdicar por el bien de la Iglesia, y a enviar al concilio pisano una embajada con plenos poderes para acabar con el cisma. El Santo Padre accedió solamente a lo segundo, pero la embajada, de la que formaban parte Pedro Sagarriga y fray Bonifacio Ferrer, llegó a Pisa demasiado tarde, al habérsele demorado el permiso de entrada en la ciudad.

El conciliábulo de Pisa
En la ciudad italiana de Pisa, también para poner fin al Cisma, se reunieron muchos cardenales de ambas obediencias (marzo a junio de 1409) que, siguiendo la via cessionis, exigieron la abdicación de ambos papas reinantes, el de Aviñón y el de Roma, y eligieron un tercero, que falleció pronto. Entonces (7 jul 1409) eligieron papa al cardenal Baltasar de Cossa, que adoptó el nombre de Juan XXIII. Ninguno de los otros dos papas aceptó la legalidad de este concilio, que no habían convocado, tildándolo de conciliábulo, con lo que el Cisma se convirtió en tricéfalo y la Cristiandad tuvo tres papas: Benedicto XIII, Gregorio XII y Juan XXIII.

Cronograma del Gran Cisma de Occidente

Benedicto XIII cruza los Pirineos; muerte del príncipe don Martín el Joven
Benedicto XIII entonces (11 jul 1409), ante la elección anti-canónica efectuada en Pisa, cruzó los Pirineos con la idea de instalarse en la sede de Tarragona. Al pasar por San Pedro de Roda supo que, poco después de la victoria de San Luri, la peste había arrebatado la vida al rey de Sicilia y heredero de la Corona de Aragón, don Martín el Joven, que no tenía hermanos ni, a sus 33 años de edad, dejaba hijos legítimos (25 jul 1409).
El Papa pidió a su confesor fray Vicente Ferrer que se adelantase para comunicar al rey Martín I la infausta noticia, y decidió alterar sus planes e instalarse en Barcelona.

Martín I nombra al conde de Urgel gobernador general
El 5 de agosto, Martín I otorga a don Jaime de Aragón II, conde de Urgel, la «gubernatio generalis omnium regnorum et terrarum domini regis», nombramiento usualmente reservado al primogénito. [24]. Nacido en Balaguer en 1380, el conde tenía entonces 29 años, y además de su sobrino, era su cuñado, casado con su hermanastra Isabel.

El papa, en Barcelona
El Santo Padre hizo en seguida su entrada solemne en la Ciudad Condal a caballo y bajo palio, escoltado a un lado por don Jaime de Aragón, conde de Urgel, flamante gobernador general de la Corona de Aragón, y a otro por el conseller en cap de la ciudad de Barcelona, Bernat de Gualbes. El rey cedió al papa, para su residencia, su Palacio Mayor, retirándose el monarca al monasterio de Valdoncellas, en las afueras de Barcelona.

Boda del rey de Aragón
Martín I el Humano, tras tres años de viudez, y ante la carencia de un heredero para la Corona de Aragón, casó (17 sep 1409) a sus 53 años con doña Margarita de Prades, hija del conde de Prades, buscando sucesión.

El co-regente de Castilla pone sitio a Antequera (26 abr 1410)
El infante don Fernando, co-regente de Castilla, al no renovarse la tregua de 1408-1409 con el reino musulmán de Granada, capitanea un ejército y pone sitio a la villa de Antequera (26 abr 1410). Era sultán de Granada Yusuf III (1408-1417).

El conde de Urgel, en Zaragoza. Catástrofe política
Transcurrían los meses, y la reina de Aragón no quedaba embarazada. Se probaron diversos remedios para resolver el problema, sin éxito.
En febrero de 1410, el rey ordena al conde de Urgel personarse en Zaragoza, capital del reino de Aragón, para «meter en buen estamiento e sossiego aquexe regno». En abril le escribe reprochándole su inoperancia. El Justicia, de acuerdo con el arzobispo, se negaba a que don Jaime jurara su cargo en la Seo. Entonces (30 de abril de 1410), don Jaime autoriza el disparate de que entren dentro de las murallas de Zaragoza don Antón de Luna con 800 hombres de armas, y su gran rival don Pedro de Urrea con 775, para entre ambos asegurar la paz en la ciudad. Naturalmente, no tardan en producirse enfrentamientos armados entre ambas facciones. El Justicia sigue negándose a recibir el juramento del conde de Urgel como gobernador general, y ante las amenazas de don Jaime, se refugia en el palacio arzobispal, al abrigo de la jurisdicción eclesiástica.

Martín I destituye al conde de Urgel. Nuevos planes
Don Jaime, fuera de sí ante la negativa del Justicia, ordena que se traiga a su presencia el primer notario que se encuentre, ante el cual, y en plena plaza del Pilar, jura su cargo de gobernador, juramento del todo inválido que exaspera los ánimos. Sabido esto, el rey revoca (17 de mayo) la Gobernación General de don Jaime, y eso antes de conocer la monumental algarada del día 15 en Zaragoza, con muertos y heridos.
El rey, tan convencido de la incapacidad política de don Jaime como de su propia imposibilidad de engendrar un sucesor, decide, de acuerdo con el papa, legitimar lo antes posible a su nieto don Fadrique de Luna, niño de 7 años, habido fuera de matrimonio por el difunto Martín el Joven con la dama siciliana Tarsia Rizzari.

La extraña muerte de Martín I (31 de mayo de 1410)
La legitimación se previó para el 1º de junio, de acuerdo con el papa. Hete aquí entonces que el día 30 de mayo, viernes, a las 11 de la noche, una comisión de las Cortes de Cataluña se presentó en el monasterio de Valdoncellas, a donde el rey estaba enfermo de muerte en la celda de la priora. Ferrer de Gualbes, conseller de Barcelona (¿hermano del conseller en cap Bernat de Gualbes?), en nombre de las Cortes de Cataluña, formuló al rey solemnemente la siguiente pregunta:
- Senyor, ¿plau-vos que la succesió del dits vostres regnes e terres, après obte vostre, pervinga a aquell que, per justicia, deurà pervenir? (Señor, ¿os place que la sucesión de los citados reinos y tierras, tras vuestro óbito, recaiga en aquél en quien, por justicia, debiere recaer?)
Y el rey respondió:
- Hoc.
Pero se consideró que, para tener valor jurídico, debería haberse levantado acta notarial. De modo que, al siguiente día, sábado 31 de mayo, a las 9 de la mañana, retornó la comisión, y el protonotario Ramón Sescomes formuló nuevamente, y por dos veces, la pregunta, con el añadido e qu’en sia feta carta pública (y que de ello se haga escritura pública). Y a ambas dos idénticas preguntas el rey respondió con el mismo monosílabo que la víspera:
- Hoc.
Entonces, a petición y requerimiento de Ferrer de Gualbes, el protonotario levantó acta pública, y firmaron los testigos. Ver [4]. Hay que aclarar que, en lengua de oc u occitana, «oc» significa «sí».
Ese mismo sábado, según [2], un ánade sería guisado opíparamente y servido al rey con la finalidad expresa de excitarlo a la procreación. Algunos sospecharon que contenía además otro ingrediente oculto con otra finalidad no hecha pública. Otros aseguran que el guiso fue el día 29. Opino que no era dieta adecuada para un moribundo, de cuya súbita e inopinada enfermedad nadie explica nada. Dios sabe mejor todo esto. Lo cierto, lo indudable, es que el sábado 31 de mayo de 1410, fallecía en el barcelonés monasterio de Valdoncellas, sin sucesión, el rey de Aragón Martín I el Humano.
Esto aconteció «... ante diem dominicum, solemnibus legitimationibus destinatum, quæ erant futuræ Calendæ Iunii...» (...víspera del domingo, destinado a la solemne legitimación, que eran las futuras calendas de junio...)(31 may 1410). Ver [2].

Comentarios
Como según la Ley sucesoria aragonesa, los hijos ilegítimos no podían heredar el reino, el oportunísimo fallecimiento evitó que se legitimara al niño don Fadrique, en el que así habría podido recaer la corona. Tras la muerte del rey, el papa lo legitimó por su cuenta y riesgo, sin consecuencias sucesorias, como veremos.
Por otra parte, ningún rey de Aragón tenía potestad para transmitir libremente su corona, pues la sucesión estaba reglada, regladísima por la Ley, debiendo recaer en el primogénito habido en legítimo matrimonio. El problema era que, por primera vez desde Ramiro I, no existía tal primogénito, y era forzoso idear cauces legales que excluyeran la fuerza armada. De ahí esta ominosa ceremonia ante un moribundo, repetida para colmo dos veces, y ante una dudosa representación de unas Cortes de Cataluña que llevaban meses abiertas.
Además, la potestad de elegir rey de Aragón correspondía al reino de Aragón, título y cabeza de todos los señoríos, o en otra más amplia hipótesis, correspondería a todos los señoríos o a la mejor parte de ellos, y nunca al principado de Cataluña solo.
La extraña bi-ceremonia parecería del todo innecesaria. Pero permanezcamos atentos a los acontecimientos subsiguientes.

Comentario de Zurita
«El estado de los reinos y provincias de la cristiandad al tiempo de la muerte del rey don Martín de Aragón, fue por la mayor parte sangriento y lleno de turbaciones y fundado en movimientos y guerras, con abatimiento y estrago en todos los sucesos y con caída y diminución en los estados y tiempos». [3], Libro XLI § I Del estado en que quedó el reino de Aragón por la muerte del rey don Martín.

Tesorero General de la Corona de Aragón 
Martín I había dispuesto que los florines de oro de Aragón llevasen, además de la letra o letras iniciales del rey, y de la marca de cada ceca,  la marca del Tesorero General.
A la muerte de Martín I era Tesorero General de la Corona de Aragón Joan Desplá, cuya marca de ceca en los florines de oro era un diamante jaquelado.

El Imperio de Occidente
El Emperador Roberto de Wittelsbach, duque de Baviera, falleció el 1º de junio de este año [de 1410], un día después del rey de Aragón su primo hermano.
Los príncipes electores, en trabajosas deliberaciones, eligieron en 1410 rey de romanos a Segismundo de Luxemburgo, que había sucedido como rey de Hungría a su padre Luis I el Grande.

El Imperio de Oriente
Desde el año 1354 los turcos otomanos habían establecido una inexpugnable cabeza de puente en Europa, en la península de Gallípoli, en el extremo meridional de los Dardanelos.
Añade Zurita: «Padecía también el imperio de Constantinopla mayores adversidades y males,  reinando el emperador Manuel II Paleólogo, que era guerreado perpetuamente y acometido en sus reinos por los turcos». [3].
Tras la enconadísima y memorable batalla del Campo de los Mirlos (1389), nadie fue capaz de resistir a los turcos en Europa, y se extendieron sometiendo a vasallaje no solamente al Imperio Bizantino, sino a los demás reinos y señoríos balcánicos, llegando incluso a pasar el Danubio. Ver [7].

Providencias adoptadas por el parlamento de Cataluña
Volvamos a Barcelona.
Conocida la muerte del rey sin dejar sucesor directo, y con un exceso de sucesores indirectos, acordó el parlamento de Cataluña designar doce personas para que rigieran el país durante el interregno, que se presentaba muy complicado. Un enviado se trasladó a Aragón para notificar a don Jaime de Aragón II, conde de Urgel, que su condición de pretendiente al trono exigía que se abstuviera de ejercer la gobernación general de los reinos y señoríos de la corona de Aragón.

Situación en el reino de Aragón
Don Antón de Luna, muerta la reina doña María de Luna, y fallecido también don Martín el Joven, pasaba a heredar el ingente patrimonio de los Luna, incluyendo la dignidad de Conde de Luna. Solamente le separaba un escalón de la dignidad real. Volcó entonces todo su enorme poder para hacer rey al conde de Urgel. Tal vez éste le hubiera prometido algo a cambio ¿a quién correspondían los derechos al reino de Sicilia? En cualquier caso, recibía cerrada oposición de algunos nobles, encabezados por su gran rival don Pedro Ximénez de Urrea, vizconde de Rueda y señor de la tenencia de Alcalatén en el reino de Valencia.

Situación en el reino de Valencia
Dos partidos había también en el reino de Valencia: Los Vilaragudes contaban con el apoyo del gobernador Arnal Guillén de Bellera, pero a ellos se enfrentaban los Centellas. Ramoneta Centellas estaba casada con Sancho Ruiz de Lihori, que fue camarlengo del rey Martín I.

Entra en escena el infante don Fernando, co-regente de Castilla (30 sep 1410)
Dice Zurita, en [3]: «Mas el infante, aunque estaba tan poderoso que tenía a su mano con la reina doña Catalina el gobierno de aquellos reinos de Castilla y toda la gente de guerra estaba a su disposición, no se descuidó un punto de fundar su derecho y justicia por los términos que disponen las leyes; y estuvieron en esto tan advertidos los que le aseguraban que tenía muy justificada causa, que estando en la furia de la guerra y ganada la villa y castillo de Antequera y pasando sus gentes a combatir otras fuerzas, estando en el real sobre la villa de Antequera se hizo por el infante la aceptación de la herencia y sucesión destos reinos como si no estuviera en más que aquello adquirir el señorío de tierras y provincias que tanto costaron de conquistar. Tan grande fue la confianza y esperanza que tuvo del buen suceso, que por ser un hecho tan señalado es muy digno de referirse a la letra y leerse en este lugar:

Yo el infante don Fernando de Castilla, señor de Lara, duque de Peñafiel e conde de Alburquerque e de Mayorga e señor de Castro e de Haro, fago saber a vos los perlados, condes, ricosomes e caballeros que conmigo estades en esta villa e real de Antequera en la guerra de los moros, que yo so el más propinco pariente e heredero legítimo de la corona e casa real de los reinos, principados, ducados, condados, señoríos, villas e tierras e bienes raíces e muebles de Aragón; e pertenécenme por derecho como entiendo declarar en su tiempo e lugar ante quien e con derecho debo e cada e cuando me fuese pedido e fuese dello requerido. E por ende yo en estos e por estos escritos e público instrumento en forma de mi derecho e de la verdad a vos e a todos los otros a quien atañe e atañer puede e a los dichos reinados, principados, ducados, señoríos, islas e tierras de Aragón, declaro mi corazón e intención e publícola e notifícola; e fago saber que yo acepté e acepto la dicha herencia de los reinos de Aragón e de Valencia e de Mallorcas e de Sicilia que se llama Trinacria e condado de Barcelona e todos los otros ducados e condados e señoríos e islas e tierras e bienes raíces e muebles que la dicha corona e casa real tovo e tiene, le perteneciere e pertenecer pudiere en cualquier manera. Por cuanto su herencia e todo lo susodicho pertenece a mí, así como a pariente suyo más propinco de la dicha corona e casa real y heredero universal en todo lo sobre dicho. E por ende yo requiero una e dos e tres veces, con el mayor afincamiento que puedo e debo de derecho e en la mejor manera e forma que debo, a todos los perlados, duques, condes, vizcondes, nobles, caballeros, gobernadores e a los jurados, cónsules e justicias e a todas las ciudades, villas e lugares de los dichos reinados e tierras de Aragón, que me entreguen la dicha herencia e me den la posesión della natural e civil, realmente e con efeto, como yo so presto e aparejado de la recibir por mi persona misma cuanto más aína yo pudiere e de enviar mi procurador con mi poder bastante para todo ello.

E, por cuanto yo estove e estó en aquesta guerra de los moros -enemigos notorios de la santa madre universal iglesia e de la santa fe católica e de todo el pueblo cristiano- e el rey de Castilla e de León mi señor e hermano dejó esta guerra acordada e comenzada e aparejada de tesoros e diversos pertrechos e bastidas, e me dejó por tutor del rey mi señor e sobrino su fijo regidor de los sus reinos, a mí fue e es forzado por el deudo que con él tove e por la fialdad e lealtad que debo al rey mi señor e mi sobrino su fijo, e por la carga de la tutela e regimiento de los sus reinos que dél tengo, continuar la dicha guerra; e por ende non puedo tan cedo partir de aquí para ir a los dichos reinados, principados e ducados, condados, señoríos, islas e tierras de Aragón sin gran detrimento del dicho señor rey e mío e de los fieles cristianos que aquí están conmigo, perseguidores de la seta e alcorán de Mahomad e punadores de la ley de Jesucristo; por ende yo ante vosotros como ante nobles e honestas personas fago la dicha declaración e aceptación e requerimiento; e protesto una, e dos e muchas veces mi derecho e de los mis legítimos herederos ser en salvo a todas cosas. E cuan cedo e más aína pudiere en el nombre de Dios partir e ir a las partes de Aragón e intimar e notificar e facer la dicha aceptación e requerimiento e protestación, si menester fuere, e otra vez aceptarla e facer el dicho requerimiento e protestación de nuevo por mi persona, e de facer cerca de todo lo sobredicho e cada cosa dello todas cosas que heredero legítimo e verdadero debe facer e cumplir de derecho e de fecho. E desta aceptación e 
requerimiento e pedimiento e protestación que aquí ante vos fago ruego e mando a vosotros que me seades dello testigos, e a los escribanos que me lo den signado una e muchas veces e cuantas menester me fuere para guarda de mi derecho e de los míos.

Que fue fecho en el real de sobre la villa de Antequera, martes 30 días del mes de septiembre, año del nascimiento de nuestro salvador Jesucristo de 1410 años.

Testigos que a ello fueron presentes: los mariscales Diego de Sandoval e Pero González de Ferrera e frey Juan de Sotomayor gobernador del maestrado de Alcántara, e el doctor Alfonso Fernández del Castillo e Fernán Vázquez chanciller del dicho señor infante».

Comentarios a la toma de Antequera (24 sep 1410)
La toma de Antequera le aportó un enorme prestigio en toda la Cristiandad.
Los pobladores musulmanes de Antequera fueron evacuados, incluso facilitándoseles acémilas, y la ciudad, repoblada con cristianos. También los turcos en el Oriente cristiano deportaban a las poblaciones de las ciudades capturadas, siguiendo en esto la inveterada estrategia del Imperio Bizantino [7]. Las tropas reclutadas contra Yusuf III para esta campaña de objetivo muy limitado, y reclutadas en sabia y maravillosa sincronía con los acontecimientos en Aragón, permitirían a don Fernando, concedida la tregua que le pedía el granadino, apoyar militarmente su candidatura al trono aragonés. Así además demostraba su nobleza de carácter, dejando el trono castellano a su sobrino, al menos nominalmente, y rechazando las sugerencias de que asumiese directamente esa corona. Y es que, de hecho, con el título de rey de Aragón, gobernaría los dos reinos.
Benedicto XIII, por su parte, apoyaría a don Fernando en la confianza de asegurarse la obediencia de ambos reinos hispánicos, y así fue en un principio, pero a la postre, la oración se le volvería por pasiva (3).
Por lo demás, Yusuf III se rehabilitaría ante sus súbditos reconquistando Gibraltar a los benimerines.

Pretendientes varones con derecho a la corona de Aragón
El exceso de pretendientes era abrumador:

•Fadrique de Aragón y Luna, hijo del príncipe don Martín el Joven y de Tarsia Rizzari.
Parentesco con Martín I: línea directa masculina, en segundo grado.

•Jaime de Aragón II, conde de Urgel y vizconde de Ager, hijo de don Pedro de Urgel y de Margarita de Monferrato, casado con doña Isabel de Aragón, hermana de los reyes Juan I y Martín I. Nacido en Balaguer en 1380, en 1410 contaba 30 años de edad. Pedro de Urgel era, a su vez, hijo de Jaime de Aragón I, conde de Urgel (hermano de Pedro IV el Ceremonioso) y de Cecilia de Comenge.
Parentesco con Martín I: línea colateral masculina, en segundo grado.

•Fernando de Trastamara, co-regente de Castilla, hijo de Juan I de Castilla y de doña Leonor de Aragón, hija de Pedro IV de Aragón y hermana de los reyes de Aragón Juan I y Martín I, y hermanastra de doña Isabel, esposa del conde de Urgel.
Parentesco con Martín I: línea colateral femenina, en tercer grado.

•Luis de Anjou, duque de Calabria, hijo de Luis de Anjou, rey de Nápoles, y de su esposa Yolanda de Aragón y Bar, hija del rey de Aragón Juan I y de Yolanda de Bar.
Parentesco con Martín I: línea colateral femenina, en cuarto grado.

•Alfonso de Aragón, duque de Gandía, nieto de don Pedro de Aragón, que fue hermano de Alfonso IV el Benigno.
Parentesco con Martín I: línea colateral masculina, en quinto grado.

Al fallecer el duque, sus derechohabientes fueron dos:
•Su hermano don Juan, conde de Prades.
Parentesco con Martín I: línea colateral masculina, en sexto grado.

•Su hijo don Alfonso, duque de Gandía.
Parentesco con Martín I: línea colateral masculina, en sexto grado.

Ver [6].

Zaragoza recibe a los embajadores del parlamento de Cataluña (diciembre de 1410)
La violencia amagaba en el ambiente político aragonés. Y dado que era imprescindible el concurso de los aragoneses para elegir rey de Aragón, los embajadores del parlamento de Cataluña acudieron a Zaragoza, donde entraron el 5 de diciembre de 1410, saliendo a recibirlos el arzobispo, los jurados de la ciudad y el gobernador de Aragón.

El papa, en Zaragoza (7 dic 1410-finales de abril de 1411)
Por primera vez en la Historia, un Vicario de Cristo en la tierra venía a Cæsaraugusta, la ciudad de los Innumerables Mártires, y era menester hacerle un recibimiento digno de su rango. Desde Caspe se trasladó el Sumo Pontífice directamente a la Aljafería, alcázar situado entonces extramuros de la ciudad. A la mañana del día siguiente, festividad de San Nicolás de Bari (7 de diciembre), entró el Papa en Zaragoza, atravesándola de oeste a este con grande solemnidad y fiesta, y alojándose en el palacio arzobispal.
Benedicto XIII celebró en la capital del reino las fiestas de Navidad de 1410, y permaneció en ella hasta finales de abril.
Antiquísima era la tradición en tierra aragonesa de recurrir a la Justicia abandonando el uso de las armas. Vemos un precedente en el II Bronce de Botorrita, que reseña cómo el año 87 antes de Cristo se depositó en el Senado contrebiense el poder de dictaminar si era justo construir un canal hacia Salduie. Los celtíberos renunciaron a las armas y acataron el dictamen jurídico. (Ver en este mismo blog Cæsaraugusta's water supply, o el original español en http://traianvs.net/).



Calatayud: fachada de la iglesia de San Pedro de los Francos (mayo de 2012)


Calatayud: fachada de la iglesia de San Pedro de los Francos (hacia 1900)



Calatayud: Interior de la iglesia de San Pedro de los Francos (2012)
(Foto gentileza de M. A.)

Se pactó una tregua, callaron las armas, y renunciando a toda violencia, el gobernador de Aragón Gil Ruiz de Lihori – su madre era Teresa Fernández de Heredia, hija del Gran Maestre Heredia -, y el Justicia de Aragón Juan Ximénez Cerdán convocaron un parlamento en Calatayud para tratar de la sucesión a la corona.

El parlamento de Calatayud: planteamiento inicial
La idea era llegar a reunir un parlamento General de Aragón, Valencia y Cataluña, y encomendarle la elección de rey.
Reunidos en la bilbilitana iglesia de San Pedro de los Francos, en seguida se declararon algunos a favor del conde de Urgel. Frente a ellos, el arzobispo de Zaragoza propuso la candidatura de Luis de Anjou, duque de Calabria.

Fracasa el parlamento de Calatayud
El obispo de Tarazona (desde 1410 don Juan de Valtierra, nombrado por Benedicto XIII) se salió sin ponerse de acuerdo en apoyar a ningún candidato, por lo que la reunión se disolvió. Como la situación excéntrica de Calatayud hacía recomendable trasladarse a un punto más próximo a los otros dos territorios: Cataluña y Valencia, a sugerencia de Berenguer de Bardaxí se escogió la entonces villa de Alcañiz –ciudad desde 1652, por concesión de Felipe III-, celebrándose las sesiones en la colegiata. Más tarde, el parlamento de Cataluña se trasladaría a Tortosa, y el de Valencia, a Traiguera, ambos lugares dentro de los respectivos territorios, pero próximos a Alcañiz.
El arzobispo de Zaragoza se dirigió entonces a La Almunia (hoy llamada de Doña Godina), que estaba circundada de un muro y que era de la Orden del Hospital.


Castillo de Valderrobres, en la Archidiócesis de Zaragoza
Iniciado por el arzobispo don García Fernández de Heredia,
fue concluido por el arzobispo don Dalmao de Mur




Armas del arzobispo de Zaragoza don García Fernández de Heredia
sobre el portal del castillo de Valderrobres

Muerte violenta del arzobispo de Zaragoza (1 de junio de 1411)
Inverosímil versión de don Antón de Luna, conde de Luna
Afirmaba don Antón que él llegó muy cerca de las puertas del lugar [de La Almunia] antes del sol puesto, comoquiera que había sido avisado del falso trato que le había movido el arzobispo, y que allí tuvieron algunas pláticas asaz estrechas, y en ellas le acusó el arzobispo de trato falso y desleal sobre el cual se habían ordenado por él ciertos capítulos, y sobre ello rompieron los dos en tanto que vinieron a las manos; y la pelea fue mezclada asaz grande e muy trabada en la cual había dejado atrás don Antón toda su gente por gran distancia y él se hallaba solo con uno de a caballo, y con el arzobispo había hasta treinta de caballo y diez a pie bien armados; y en aquel punto hizo don Antón todo su poder por prender al arzobispo y no hacerle otro daño hasta tanto que él fue herido de golpe de espada en la garganta. Que entonces con los que acudieron a don Antón se encendió la pelea y por la gracia de nuestro Señor el arzobispo fue puesto en vencida y los que con él eran, y jamás se quiso dar a prisión y quedó en el campo muerto con otros sus servidores cerca de las puertas del lugar.
(Esta versión fue manifestada por el conde de Luna ante el parlamento de Cataluña, que la registró in memoriam). Ver [3], § XXXIV, pág. 106.

Versión de los partidarios del arzobispo
Salieron de Calatayud el arzobispo de Zaragoza y el obispo de Tarazona, y se vinieron a La Almunia. Estando en aquel lugar, un Francisco de Belcayre, y Miguel de Mazas, notario que era de la casa de don Antón de Luna, fueron al arzobispo de parte de don Antón, y le dijeron que le esperaba en el camino, y le suplicaron que saliese fuera.

Salió el arzobispo desarmado, con algunos caballeros y pocos de sus familiares y servidores, entre ellos el sacristán de la Seo de Zaragoza, Juan de Sobirats, varios capellanes y cinco escuderos.

Con don Antón de Luna iba un caballero llamado Juan Ximénez de Salanova, y también Fortún Díaz de Escorón, Garci López de Cabañas, Juan Dordás, Pascual Navarro y otros escuderos y gente de a caballo.

Con la plática fue don Antón apartando al arzobispo y desviándole de su compañía cuanto pudo, estando en el camino público por donde se va de La Almunia al lugar de Almonacir (hoy Almonacid) de la Sierra. Y Martín de Alpartil escribe que fue hacia la parte del término que llamaban del Pueyo de Aranda, y puédesele dar crédito, pues fue en aquel tiempo y era nacido tan cerca de aquel lugar. Entonces, según se afirma por la información que se recibió de aquel caso, que don Antón furiosamente desenvainó su espada y los escuderos que estaban con él arremetieron juntamente con sus lanzas e hirieron al arzobispo de muerte así en la cabeza como en otras partes del cuerpo y le derribaron de la mula y allí le acabaron de matar muy cruelmente y le degollaron.

Fueron con él muertos, según escribe Juan Ximénez Cerdán, justicia de Aragón: Pero Díaz Garlón, Tomás y Alonso de Liñán que eran dos caballeros hermanos de Calatayud; y cortaron un brazo a Pero Fernández de Felices, y fue preso Jaime Cerdán hijo del justicia de Aragón, y fue herido Juan Bonet su capellán. Ver [3].

Versión de Lorenzo Valla
Don Antón dice que quería tener una entrevista con el arzobispo que regresaba de Calatayud y se encontraba en La Almunia, pues, a menudo, dado su vínculo familiar, solía visitarlo. Así pues, dispuestos doscientos hombres a caballo armados con lanzas y en su mayoría enlorigados, en un bosque próximo, para preparar la emboscada, él mismo, con reducido grupo, iba por delante. Por aquel entonces casi todos los que militaban en algún bando iban armados. Cuando ya estaban cerca envía por delante a uno de los suyos para que le diga que se acercaba a hablar con él. Feliz por este mensaje, creyendo que oiría de un amigo buenas noticias, el arzobispo, a lomos de un mulo, salió a su encuentro con un séquito de diez o doce acompañantes, pues las prisas no le habían permitido reunir más gente.

Don Antón hacía el camino con lentitud, de manera deliberada, y recibió al arzobispo a unos dos estadios fuera de los muros de la villa [de La Almunia]. Tras saludarse ambos, éste a aquél en calidad de hijo y aquél a éste en calidad de padre, dijo don Antón:

- ¿Y qué?, ¿será rey el conde de Urgel?

- No, mientras yo viva -respondió el arzobispo.

- Pues yo digo que sí, aun a costa de que estéis preso o muerto.

- Muerto tal vez -respondió-, pero preso nunca.

Tras responder esto y cuando trataba de cambiar la dirección de la marcha, don Antón le dio un puñetazo en medio de la cara y, desenvainando a continuación la espada, le hirió en la cabeza. Los del séquito le hieren inmediatamente después cuando retrocedía, golpeando la cabeza del mulo para impedir que se marchara; entre ellos el escudero de don Antón, que era el único que llevaba lanza apoyada bajo el brazo, lanzándose contra él, lo arrojó del mulo y, cuando estaba en el suelo, todos a una lo degollaron y le amputaron una mano además de propinarle numerosas heridas.

De esta manera, aquél que debía imponer al rey la corona [en esto se equivoca Valla, pues los reyes de Aragón se coronaban a sí mismos] murió con la más abominable muerte por orden de quien esperaba la corona real, dejando vengadores encargados de que nunca se permitiera subir al trono regio a aquél por cuya causa yacía lamentablemente lacerado y masacrado el cuerpo del más grande prelado del reino. Ver [2].

NOTA: En las tres versiones anteriores he denominado al de Luna don Antón en vez de don Antonio, por entender que no debemos confundir al monje egipcio San Antón con el lisboeta San Antonio de Padua. Para La Almunia de Doña Godina corrijo ciudad por villa.

La muerte del arzobispo en la literatura
El arzobispo llamado - Mosen García de Heredia
Por haber de concertallos - al Almuña se viniera.
Don Antón cerca se vino, - a Monecir de la Sierra,
Envióle un mensajero - para que hablalle quisiera;
Y así con trece de mula - el arzobispo saliera.
Don Antón desto avisado - más acompañado fuera
Con cincuenta de a caballo - armados y gente buena.
Y lo que habló el arzobispo - muy feas palabras fueran,
Diéronle allí de lanzadas - y el arzobispo muriera.
(Romance recogido por Lorenzo de Sepúlveda)

- La traición impía
que en yermo Aragón convierte
dio al arzobispo la muerte.
- ¡Qué decís! ¿A don García?
- Murió como bueno y fiel.
- Siempre lo fue don García,
pues que ufano combatía
la pretensión del de Urgel.
(Los amantes de Teruel, de Eugenio de Hartzenbusch).

El nobilísimo linaje de los Luna
Anotaré algunos datos genealógicos para ubicar a los Luna citados en este artículo.

El linaje se remontaría a don Bachalla, conmilitón de Alfonso el Batallador, que le hizo señor de la villa de Luna, origen del apellido. Los Luna tuvieron un caído en la batalla de Fraga (1134), un decapitado en la Campana de Huesca, un muerto en la batalla de Muret (12 sep 1213), un defensor de Jaime I en su enfrentamiento con don Pedro de Ahones, otro caído en la conquista de Cerdeña ...

Los Luna recibieron el título condal de manos de Pedro IV el Ceremonioso (Ver 1-bis), y emparentaron con la realeza en tiempos de Jaime II.

Don Ximeno de Luna fue el último prelado de Zaragoza con rango de obispo (hasta 1317), siendo entonces sublimado a arzobispo, y asignándosele la sede de Tarragona (1317-1328). Finalmente, pasó a ser arzobispo de Toledo (1328-1338), hasta acabar sus días.
Sus armas fueron: de gules, un menguante de luna ranversado, de plata, con punta de lo mismo.

Rama López de Luna
Don Pedro López de Luna y Atarés casó con doña Almansa de Luna. De esta estirpe nacería don Pedro López de Luna, que fue obispo de Zaragoza. Cuando, por la bula Romanus Pontifex cui (14 de julio de 1318), Juan XXII elevó a metropolitana la hasta entonces sede episcopal cesaraugustana, fue este don Pedro su primer arzobispo. Fue albacea de Jaime II, canciller de Aragón, consejero de Alfonso IV, al que ungió en su coronación, y también ofició en la coronación de Pedro IV el Ceremonioso en la Seo de Zaragoza.
Sus armas fueron: de plata, un menguante de luna ranversado, jaquelado de oro y sable, con punta de lo mismo.

Rama Ferrench de Luna
Don Lope Ferrench (o Fernández) de Luna había sido creado arzobispo de Zaragoza (1351-1382) por el papa Clemente VI. Era hijo de don Lope Ferrench de Luna y de doña Teresa Gil de Vidaurre, señores de Lurcenich (hoy Luceni). Mandó construir el formidable castillo de Mesones de Isuela que, durante la Guerra de los dos Pedros fue clave del dispositivo defensivo del valle del Aranda.



Castillo de Mesones de Isuela

Al final de su largo y fructífero pontificado ofició en la coronación de la reina doña Sibila de Forciá, cuarta esposa de Pedro el Ceremonioso.



Escudo del arzobispo don Lope Ferrench (o Fernández) de Luna
en la fachada de La Seo de Zaragoza



Escudos del arzobispo de Zaragoza don Lope Ferrench (o Fernández) de Luna
en el artesonado de la capilla de su castillo de Mesones de Isuela

Sus armas fueron: de gules, un menguante de luna ranversado, de plata, con punta de lo mismo, con bordura de plata con ocho escudetes de los Vidaurre (según vemos en la fachada de La Seo, junto a la puerta de la Parroquieta) o con seis escudetes solamente (según vemos en el artesonado de la capilla del castillo de Mesones).

Mandó labrar un suntuoso sepulcro de alabastro al escultor y orfebre Pedro Moragues. El sepulcro, maravillosa obra ojival, conserva sus restos mortales en la llamada Parroquieta o capilla de San Miguel Arcángel de la Seo cesaraugustana. De entre las numerosas figuritas esculpidas cabe citar, en el ángulo contiguo a la cabeza, la efigie de Pedro IV; en el ángulo de los pies está la efigie de la reina doña Sibila, robada y, después, felizmente recuperada en fecha reciente. En el centro, el papa Clemente VI.

Don Lope Ferrench de Luna, primer conde de Luna, casó en primeras nupcias con doña Violante, hija del rey Jaime II, y en segundas nupcias, con doña Brianda de Agout (sobrina del papa Clemente V, en el siglo Bertrand de Agout); de este segundo matrimonio nació doña María Ferrench de Luna y de Agout, reina de Aragón al pasar la corona a su esposo don Martín, como arriba se indica. De este matrimonio había nacido –antes de ser rey don Martín- el príncipe don Martín el Joven que, como ya se dijo, falleció sin dejar hijos legítimos. Su bastardo Fadrique, habido en la dama siciliana Tarsia Rizzari, fue legitimado por el papa Benedicto XIII tras la muerte de Martín I, con el nombre de don Fadrique de Aragón y Luna. [5].

Rama Martínez de Luna
Don Pedro Martínez de Luna el Viejo casó con doña Margarita Dionís, con la que tuvo a don Pedro Martínez de Luna y Dionís. Éste casó con doña Elvira de Sessé, señora de Mediana. Aquí la progenie se divide.

Rama de Luna
Su primogénito don Pedro de Luna y Sessé casó con doña Violante de Alagón; el hijo de ambos, don Pedro de Luna y Alagón casó en 1320 con la marquesa de Saluzzo; el hijo de ambos, don Pedro de Luna y de Saluzzo casó con doña Elfa de Xérica y de Arborea (o de Lauria, según otras fuentes), y su hijo don Antón de Luna y Xérica heredaría las posesiones y el título condal de la rama Ferrench de Luna al morir, tanto la reina doña María de Luna como su único hijo el príncipe don Martín el Joven, primogénito de Aragón. Durante el Interregno apoyaría hasta las últimas consecuencias la candidatura del conde de Urgel al trono de Aragón. Don Antón ostentó así durante aquel turbulento periodo el título de conde de Luna.
En las pinturas del castillo de Alcañiz se representan caballeros con sus monturas engualdrapadas, entre ellas, varias con la heráldica del menguante de luna ranversado, jaquelado de sable y plata, y con punta de lo mismo, que deben corresponder a esta rama de Luna.

Rama de Martínez de Luna
El hijo segundo de don Pedro de Luna y Sessé fue Juan I Martínez de Luna y Sessé, que falleció en 1352, siendo sepultado en Calatayud. Había casado en 1331 con Contesina de Calamandrana, señora de Mediana, con la que tuvo a don Juan II Martínez de Luna y Calamandrana, que heredó el señorío de Mediana, y casó con la ricahembra de Gotor, doña María Pérez de Gotor y Zapata, señora de Illueca y de Gotor.
La heráldica de esta rama de Martínez de Luna sería: de gules, un menguante de luna ranversado, de plata, con punta de lo mismo.
El primogénito don Juan III Martínez de Luna y Gotor vendería en 1368 el castillo y villa de Mediana a Blasco II Fernández de Heredia por 160.000 sueldos jaqueses. Una hermana, Celestina, sería monja clarisa en Calatayud.
Su hermano Pedro, siendo cardenal, construyó a sus expensas en Calatayud la iglesia de San Pedro Mártir, para sepultar allí a su padre don Juan II Martínez de Luna. Dirigió esta maravillosa obra mudéjar el maestro de obras zaragozano Mahoma Ramí, y trabajaban en ella en 1412, cuando don Pedro ya era papa, los alarifes Brahem de Mediana, Mahoma de Mediana y el abuelo de éste Brahem Alvalenciá, junto con otros.  

Esta joya mudéjar fue demolida por decisión del ayuntamiento de Calatayud en 1856, arguyendo ¡que estorbaba al tránsito rodado!


San Pedro Mártir de Verona, en Calatayud, iglesia demolida en 1856


  Un siglo después, don Pedro Martínez de Luna y Urrea (1492-1570) sería nombrado Virrey de Aragón entre 1540 y 1554, en representación de Carlos, I rey de este nombre en Aragón y en Castilla, y V Emperador de este nombre en el Sacro Imperio Romano-Germánico. En 1550 sería creado I Conde de Morata de Jalón. Su hijo don Miguel de Luna y Mendoza (1533-1596), le sucedería como II Conde de Morata.


Palacio zaragozano de los Martínez de Luna, Condes de Morata
(Construido a partir de 1550)

Don Antón de Luna
Ya se indicó más arriba la prosapia de don Antón de Luna y Xérica. Formó parte de la delegación enviada a Sicilia, a la muerte de Juan I, para ofrecer la corona de Aragón a don Martín, el que reinaría como Martín I. Sería entonces muy joven, pues fue armado caballero en Zaragoza por el propio Martín I, en las fiestas de su coronación como rey de Aragón. Al fallecer sin descendencia don Martín el Joven, heredero de la reina doña María de Luna, don Antón reclamaría las posesiones de esta rama familiar, y así devino señor de Monacir o Almonacir [hoy Almonacid de la Sierra], Morés, Puysec [en Pinseque], Agón,


Castillo de Almonacid de la Sierra,
donde se refugiaron don Antón y los suyos
tras la muerte del Arzobispo don García

Pola [hoy agregado al TM de Torres de Berrellén, a unos 4 km al NO de Alagón], Alcalá [de Ebro, futura Ínsula Barataria del Quijote], Sobradiel, Bolea, Loarre [con su imponente castillo, descrito minuciosamente


Sombrío y abrumador aspecto del castillo de Loarre visto desde el noroeste

en el disco 2 de la película El reino de los cielos, dirigida y producida por Ridley Scott], Torres de Galindo, El Frago; Sangarrén, Pequera [en Benasque], Barbués, Torres [de Barbués] con el lugar de Apiés en la montaña; Plenas y Pradilla con la mitad de Plasencia [de Jalón], Purroy y la morería de Sabiñán. Con esto, «desde Almonacir – que está al occidente nueve leguas de Zaragoza - se podía ir por sus castillos y lugares hasta los montes Pirineos y hasta los confines de Cataluña, a donde el conde de Urgel tenía su estado, y también confinaba con Francia». (ver [3], Libro V, § XXXVII, p. 116).

Andando los años, el genial compositor Giuseppe Verdi, italiano de origen sefardí, contrapondría el inmenso poder de este conde de Luna, al poder del amor, cuyo adalid era el protagonista de su ópera Il Trovatore, centrada precisamente en esta época del Interregno de Aragón 1410-1412.



Conde de Urgel





Conde de Luna




Ximénez de Urrea, Vizconde de Rueda

Consecuencias de la muerte del arzobispo
Miedo en Aragón
La muerte violenta del arzobispo y de algunos de su séquito, y la prisión del hijo del Justicia de Aragón sembraron el terror en los adversarios de la candidatura del conde de Urgel.

Entrevista de Ayllón (Segovia)
El 16 de julio de 1411 acudieron a Ayllón ambos co-regentes de Castilla (la reina madre Catalina, y el infante don Fernando el de Antequera, tío del rey) que tutelaban al rey niño Juan II de Castilla, a los que se unió un embajador del rey de Navarra. Poco después, acudió desde Toledo, donde estaba predicando, el taumaturgo dominico Vicente Ferrer, que había sido en Aviñón confesor de Benedicto XIII.



Facsímil de la Biblia de San Vicente Ferrer
En la pág. de la izda. puede leerse:

Hanc biblia portabat secum
divo Sanctus Vincentius fer
rer in qua sunt quædam sco
lia scripta sua propia manu

(Esta biblia llevaba consigo
el divino San Vicente Fer-
-rer en la cual están algunos esco-
-lios escritos de su propia mano)

Digresión:
Benedicto XIII concede estatutos, ordinaciones y constituciones a la Universidad de Salamanca
La actividad del papa en este verano de 1411 incidió también en Universidad de Salamanca. Este Estudio, el más antiguo de España, había sido fundado ya en 1258 por Fernando IX, rey privativo de León y de Galicia.
Por la Bula Sedis Apostolice, de 26 de julio de 1411, el papa Benedicto XIII aprobó los estatutos, ordinaciones y constituciones del Estudio de Salamanca, elaborados tras madura deliberación.
Posteriormente, nuevas Bulas incidirían en diversos aspectos, hasta contemplar, ya en 1415, la construcción del edificio de la Universidad.
La bellísima fachada plateresca que hoy admiramos, en la que diversos detalles recuerdan  estas actuaciones del papa aragonés, es del tiempo del reinado en Castilla del Emperador Carlos V.
Fin de la digresión

Consecuencias de la muerte del arzobispo (continuación)

Entran en Aragón tropas castellanas
Entonces, el gobernador de Aragón Gil Ruiz de Lihori, que a la muerte del rey don Martín I había tenido que huir de Barcelona temiendo caer en manos de los urgelistas, pidió a don Fernando el de Antequera que mandase entrar en Aragón las tropas que tenía concentradas en la frontera. Así, los dominios de don Antón de Luna fueron atacados militarmente, mientras el vicario arzobispal de Zaragoza fulminaba sentencia de excomunión contra los autores y valedores del sacrílego crimen perpetrado en la persona del arzobispo.
De este modo quedó herida de muerte en Aragón la causa del conde de Urgel.

Prisión del obispo de Tarazona
El gobernador de Aragón - al que, como estamos viendo, no le temblaba la mano - ordenó además la prisión del obispo de Tarazona, Juan de Valtierra.
El Bulario de Benedicto XIII registra las múltiples gestiones efectuadas por el papa para lograr la libertad del obispo, a lo que se ve, con escaso éxito.

Explotación política del asesinato del Arzobispo
Se explotó además el bárbaro asesinato del arzobispo presentando a la víctima como un dulce y seráfico corderillo. Parece, sin embargo, que la verdad era muy otra: se le calificaba por algunos nada menos que de defensor de criminales y asesinos ¿Quién utilizaba tan gruesas expresiones? Pues el bueno de don Martín I el Humano cuando, poco antes de morir, decía al arzobispo: «car vos defendedes los criminales e celerados, no solamente en vuestros lugares e en vuestras casas, mas encara en nuestras propias ciudades». [4].
Sea de esto lo que fuere, don Antón de Luna y todo el urgelismo aragonés fue excluido del parlamento de Alcañiz, por lo que se concentraron en Mequinenza, donde reunieron un menguado anti-parlamento. Pero la causa de don Antón de Luna se vio malquista de muchos, lo que fue el principio de su perdición.

Entran también en el reino de Valencia tropas castellanas
«Había mandado el infante don Hernando a Diego Gómez de Sandoval, adelantado mayor de Castilla, que estuviese en Requena con las compañías de gente de caballo y de pie ... para acudir en defensa de los Centellas». Entraron por Sieteaguas y Chiva hasta la Puebla de Benaguacil. [3], Libro XI § LXX, p. 210.


Vilaragud



Centellas

Los Vilaragud (los «de dins») eran más poderosos en la ciudad que en el campo, al revés que los Centellas (los «de fora»).




GEOGRAFÍA DEL COMPROMISO DE CASPE
Se tintan con distintos tonos de anaranjado los diferentes territorios participantes

La Bula Providentia Sedis
A petición de la reina madre Catalina de Lancaster y del infante don Fernando, tutores del rey niño Juan II de Castilla, Benedicto XIII, por la Bula Providentia Sedis (Peñíscola, 31 oct 1411), facultó al obispo de Segovia para levantar los juramentos por los que ambos se obligaban a emplear en la guerra contra Yusuf III de Granada los recursos aportados por las ciudades castellanas; y así don Fernando pudo utilizar los remanentes para sustentar sus derechos a la herencia aragonesa, financiando a sus partidarios en Aragón.

Hablamos de cuarenta y cinco millones de maravedises castellanos, equivalentes a novecientos mil florines de oro de Aragón (Ver [3], Libro XII, §LX De la muerte del rey y de lo que dejó ordenado en la sucesión de sus reinos, p. 471). Para los valores del florín y del maravedí, ver al final de este artículo el APÉNDICE NUMISMÁTICO titulado Florín de oro de Aragón / Maravedí castellano / Equivalencias monetarias.

El parlamento de Tortosa
Según lo acordado en Calatayud, el parlamento catalán se trasladó a Tortosa, desde donde estuvo en todo momento en fluida comunicación con el parlamento aragonés, reunido en Alcañiz, y con los dos parlamentos en que seguía escindido el reino de Valencia, el de Binalaroz (hoy Vinaroz, o Vinarós) y el de Traiguera (o Trahiguera).

La Concordia de Alcañiz (15 feb 1412)
La ciudad de Alcañiz
Alcañiz se asienta junto al río Guadalope, y estuvo amurallada. Tiene dos puentes de piedra sobre el río Guadalope. Es notable la bellamente restaurada iglesia que fue de los frailes Predicadores, así como la fuente de los 72 caños en el parque de la Glorieta, contiguo al primer puente de piedra. El poblamiento en sus alrededores es antiquísimo. Hoy es una ciudad dinámica en una ubicación envidiable. El castillo, en parte románico, en parte gótico, perteneció a los caballeros de la Orden de Calatrava. Magnífica ampliación hace de él un Parador Nacional con todo lujo.


Panorámica de Alcañiz (2012)
A la derecha, la mole del castillo domina el paisaje
A la izquierda, la enorme colegiata emerge sobre el caserío urbano,
mostrando en el centro la maciza torre ojival

La colegiata de Santa María la Mayor
La iglesia ojival donde se reunió el parlamento de Alcañiz fue demolida en el s. XVIII para ser ampliada construyéndose la enorme iglesia actual, con dos nuevas torres y cimborrio, y girando el eje de crujía unos 30º. La puerta actual está cerca de donde estuvo la girola. De la iglesia antigua se conserva, en el lado del evangelio, la maciza torre ojival y, en el interior, el púlpito desde el que predicó San Vicente Ferrer, con una moderna estatua del santo de tamaño natural.



Colegiata (1410-1851) de Santa María la Mayor, en Alcañiz
Enorme fachada de la actual iglesia, erigida a mediados del s. XVIII
A la izquierda se aprecia, conservando la antigua alineación, la torre ojival


Las sesiones del Parlamento de Aragón en Alcañiz (sep 1411-jun 1412)
(muy en extracto)
A las primeras sesiones (la 1ª se celebró el 2 de septiembre de 1411) asistieron pocos representantes, pero su número fue creciendo con los meses, hasta incorporar elementos de los cuatro brazos, con nutrida representación de las ciudades y villas del reino.

Nuevas Bulas pontificias (Peñíscola, 23 de enero de 1412)
El día 30 de enero de 1412, Francés de Aranda entrega al parlamento de Alcañiz las Bulas pontificias In excelso trono celestis (Peñíscola, VIIII (ante) kalendas februarii, o sea 23 de enero) y Ac de temporalis regis (Peñíscola, X (ante) kalendas februarii, o sea, 22 de enero), ambas en latín, acompañadas de una amplia epístola en aragonés. En estos escritos, Benedicto XIII consolida la idea de renunciar a un Parlamento general y propugna utilizar un cuerpo reducido de representantes plenipotenciarios.
Ver in extenso los argumentos del papa en [3], §LXVI De la exhortación que el papa Benedicto [XIII] envió a los de la congregación de Alcañiz. (pp. 196 a 198). Ver texto completo de los tres documentos en [18], Vol. 2º, pp. 305-313.

El camino hacia la Concordia de Alcañiz
Los reunidos en Alcañiz pronto se persuadieron de lo ventajoso de delegar la elección de rey en un número reducido de personas, al modo en que los electores alemanes elegían en Francfort al futuro emperador. Abandonada, pues, la idea de un Parlamento General, se decidió que ese número reducido de personas fuese impar, para evitar empates en las votaciones. El número, además, debería ser múltiplo de tres (por ser tres los Estados principales: Aragón, Cataluña y Valencia): se decidió que fueran nueve varones. Los Nueve se agruparían en tres grados. Para designar rey de Aragón habrían de reunirse dentro de Aragón, escogiéndose la villa de Caspe, cerca del Ebro, donde recientemente (1396) los sanjuanistas habían edificado una magnífica y formidable fortaleza. Aunque era de la Orden de San Juan, sería neutralizado. Los Nueve serían designados por los Parlamentos y, como el tema urgía, se encerrarían en Caspe antes del 29 de marzo. Los Nueve asumirían toda la autoridad dentro de Caspe. Para ello, se pondrían a sus órdenes gentes de armas, con dos alcaides: Domingo Lanaja, ciudadano de Zaragoza, y Ramón Fivaller, ciudadano de Barcelona. Nadie podría entrar armado en el recinto de Caspe. Los Nueve recibirían las alegaciones de los pretendientes en el orden en que éstos fueran llegando. No se trataba de «elegir» rey, sino de determinar a quién correspondía en justicia la corona, respetándose de este modo la última voluntad del buen rey don Martín, expresada en su monosilábico «oc». El acuerdo sería por unanimidad o, al menos, por mayoría simple, siempre que hubiese al menos un representante de cada uno de los tres territorios. Si por justa causa uno de los Nueve renunciare o fuere inhabilitado, los otros ocho elegirían un sustituto, que gozaría de las mismas prerrogativas. Cuando Valencia resolviera sus divisiones se incorporaría, pero no podría impugnar lo acordado hasta entonces. Los Parlamentos seguirían reunidos hasta conocer el veredicto final, y aun después, si así lo decidieren.

La Concordia de Alcañiz (15 feb 1412) se sintetizó en treinta artículos. ([18], Vol. 2º, pp. 344-349).

Ya solamente quedaba designar a los Nueve. Para ello, el Parlamento de Alcañiz delegó plenos poderes el día 26 de febrero de 1412 en solas dos personas: el gobernador de Aragón Gil Ruiz de Lihori y el Justicia, Juan Ximénez Cerdán. Los Nueve habían sido ya seleccionados conjuntamente al día siguiente, el 27, y el sacristán de la Seo de Zaragoza Juan de Sobirats fue enviado a Tortosa para presentar la lista al Parlamento catalán, que dispondría hasta el 14 de marzo para resolver. (Ver en [18] texto y comentarios).

La batalla de Murviedro
Al conocer la entrada de las tropas del Adelantado Mayor de Castilla Diego Gómez de Sandoval en el Reino de Valencia, su gobernador, el urgelista Arnaldo Guillén de Bellera, armó un lucido ejército de gentes de a pie (unos 15.000 hombres) y a caballo (unos 400), y se enfrentó a las tropas castellanas y aragonesas, fuertes de unos 350 de a caballo, en el Grao de Murviedro.

La batalla tuvo lugar el sábado 27 de febrero de 1412, y en ella los valencianos sufrieron una terrible derrota. Perecieron entre muertos y ahogados en la mar hasta tres mil, entre ellos el propio gobernador del reino. Cayeron además prisioneros hasta mil quinientos combatientes.

Con esta victoria, los antiurgelistas entraron en Murviedro (que sería renombrada Sagunto en 1868 por el Gobierno Provisional), con el jovencísimo hijo del gobernador obligado a llevar enhiesta una lanza con la cabeza de su padre clavada en lo alto. El macabro trofeo se plantó en la plaza principal de Murviedro. «Lo que si así pasó – apostilla Zurita a esta noticia dada por Lorenzo Valla en [2] - fue muy inhumana y cruel venganza». [3], Libro XI § LXX De la batalla de Morviedro en la cual fue vencido y muerto Arnaldo Guillén de Bellera, gobernador del reino de Valencia, pp. 209-212.

Consecuencias de la batalla de Murviedro
Conocido el hecho de Murviedro, la ciudad de Huesca, que hasta entonces no había enviado representante al parlamento de Alcañiz, se apresuró a hacerlo.

El dia 9 de marzo, viendo que no llegaba de Tortosa el acuerdo, el sacristán Juan de Sobirats transmitía a los parlamentarios catalanes que el Parlamento aragonés, en caso de desacuerdo, estaba decidido a actuar solo. (Ver [4]). Es decir: los catalanes debían decidir si aceptaban como conde de Barcelona al que fuera declarado rey de Aragón, o preferían designar por su cuenta un conde de Barcelona diferente. Ahora bien, esta segunda posibilidad vulneraría el Estatuto de Unión de Jaime II, que juraron todos sus sucesores y que estipulaba que quienquiera que fuese rey de Aragón, ése habría de ser también rey de Valencia y conde de Barcelona.

Y el parlamento de Tortosa aceptó la lista aragonesa «ad evitandam rupturam evidentissime imminentem» (para evitar la ruptura evidentísimamente inminente). Los valencianos, divididos entre sus dos parlamentos (alguien escribió que Valencia «ni va ni ve»), se unieron de inmediato al acuerdo.

De esta manera, la Declaración de la Justicia recayó en nueve varones seleccionados por tan solamente dos: el gobernador de Aragón Gil Ruiz de Lihori, y el Justicia de Aragón Juan Ximénez Cerdán. Tras ellos se adivinaba la larga mano del papa Benedicto XIII. Al unirse Valencia a las deliberaciones de Alcañiz, se designó un alcaide valenciano, Guillén Zaera, con tropas valencianas, que se agregaron a las tropas aragonesas y catalanas en el recinto de Caspe.

Nombres de los Nueve designados para la declaración de la justicia
El 14 de marzo de 1412 se publicaron los nombres de los Nueve, agrupados en tres grados:

En el primer grado, y por el reino de Aragón: Domingo Ram Lanaja, obispo de Huesca (asesinado el arzobispo de Zaragoza, la sede cesaraugustana estaba vacante); Francés de Aranda, natural de la ciudad de Teruel, y Berenguer de Bardaxí.

•Ram, natural de Alcañiz, había sido nombrado obispo de Huesca en 1410 por Benedicto XIII. Después sería obispo de Lérida. Posteriormente al cisma, sería creado cardenal (1426) por Martín V.

•Aranda, hoy declarado Venerable por la Iglesia, cuando era ya de edad madura (1398), renunciando a las cosas del mundo, se hizo «donado» de la cartuja de Portacœli, en la que ingresó como converso, encargándose de su educación religiosa fray Bonifacio Ferrer. Gozaba de gran prestigio –según escribe Lorenzo Valla- por su bondad natural y por las cualidades de su ingenio.

•A Berenguer de Bardaxí, señor de Zaidín, nadie le sobrepasaba en conocimientos de derecho ni en auctoritas. Diversas fuentes, sin embargo, confirman que este personaje estaba a sueldo de uno de los pretendientes, concretamente del infante don Fernando de Castilla, del que está probado que recibía la no despreciable mensualidad de 500 florines de oro de Aragón (ƒ 500). Después de la elección, el ya rey le gratificó con ƒ 40.000, y a su muerte le legó otros ƒ 45.000. Posteriormente, ya bajo Alfonso V, al renunciar el Justicia Juan Ximénez Cerdán –el autor de la célebre Letra Intimada–, fue nombrado para esta alta magistratura el citado Berenguer de Bardaxí.

En el segundo grado, y por el principado de Cataluña: Pedro Sagarriga, arzobispo de Tarragona; Bernaldo de Gualbes, y Guillén de Valseca.

•Pedro Sagarriga era natural del Ampurdán. Fue nombrado cubiculario del papa Benedicto, que en 1407 lo consagró arzobispo de Tarragona.

•Guillén de Valseca, jurista barcelonés, gozaba de tal fama de ciencia, prudencia, y honestidad, que el parlamento de Cataluña depositó en sola su persona la elección de presidente del futuro Parlamento General.

•Bernaldo de Gualbes pertenecía a una familia barcelonesa de comerciantes y banqueros. Se doctoró en leyes, -según [3]- y era reputado en toda Cataluña como varón justo y prudente. En 1406 había quebrado la banca de su familia, la banca Gualbes.

En el tercer grado, y por el reino de Valencia: fray Bonifacio Ferrer, que era Prior General de la orden cartuja (en la obediencia de Aviñón); su hermano, el santo varón fray Vicente Ferrer, dominico, confesor del papa; y el letrado y caballero Giner Rabaza.

•Fray Bonifacio, prior general de la Orden Cartuja (en la obediencia de Aviñón) era un gran sabio en derecho civil, y era célebre, además, por su prudencia y singular firmeza.

•Fray Vicente, hermano del anterior, pertenecía a la orden de Predicadores. Habiendo recorrido en sus predicaciones diversas naciones se le consideraba el primer orador de su tiempo, atribuyéndosele además, aún en vida, diversos milagros. Confesor del papa, la Iglesia lo incluiría en el catálogo de los santos en 1455, siendo Pontífice Calixto III.

•Giner Rabaza fue después sustituido por Pedro Beltrán, el jurista más prestigioso en Valencia, y hombre de vida intachable.

«Todas personas tan graves –añade Zurita- y de tan excelentes partes, que cada uno en su grado merescía ser nombrado para juez de tan gran hecho». En efecto: entre los nueve había un santo y un venerable.

Expectación universal
«Estaban no solamente estos reinos, pero todas las provincias de la Cristiandad, esperando en qué pararía la determinación de una causa tan grande puesta en términos de justicia, por cuyo medio se había de dar el señorío de tan gran reino, por cuya conquista habían expuesto sus vidas tantos príncipes tan excelentes. Causaba gran maravilla que esto se determinase en paz por nueve personas que estaban encerradas dentro de un castillo, y atribuíase a la Providencia Divina que, por algún beneficio muy universal, prevaleciesen los medios de la justicia adonde suelen poder más las armas y las fuerzas humanas». [3]

Estas lapidarias palabras del gran Zurita son «apabullantes y definitivas», según [4]. Merece la pena insistir en que jamás utiliza Zurita la palabra «compromiso», sino la de «sentencia». De hecho, no consigo encontrar el vocablo «compromiso» en ningún documento coetáneo consultado. Se trata, por lo tanto, de una muy posterior peculiar interpretación.

La Bula Exhibita Nobis
Por la Bula Exhibita Nobis (Peñíscola, 6 abr 1412), el papa Benedicto XIII, a petición de la reina madre Catalina de Lancaster y del infante don Fernando, tutores de Juan II, rey de Castilla, insistiendo en lo dispuesto en la Bula Providentia Sedis, dispensaba a ambos co-regentes del juramento del empleo exclusivo para la guerra contra Granada del dinero recaudado para tal fin.
Esta Bula permitió al candidato Fernando continuar disponiendo de enormes recursos económicos para defender por las letras y las armas su candidatura al trono aragonés.

Imagen de los nueve jueces
El pintor Francisco Marín Bagüés, nacido en Leciñena y residente en el Rabal zaragozano, fue pensionado en Italia por la Diputación Provincial de Zaragoza, para la que en 1912 –en el V Centenario del Compromiso de Caspe- pintó en Florencia, ilustre capital de la Toscana, este óleo de gran formato (1,64 x 2,94 m):




La afortunada composición – que se conserva en el zaragozano Palacio Provincial - muestra a los Nueve saliendo del castillo de Caspe para dar a conocer su veredicto. El santo confesor del papa es el segundo por la izquierda, con su atuendo de dominico, llevando en la mano el texto del acuerdo que va a leer en público; el primero a la izquierda, su hermano Bonifacio, con sus manos dentro de las amplias mangas del blanco hábito de los cartujos. En el grupo central de cuatro figuras se entrevé a Sagarriga con el característico chapeo arzobispal, conversando con Aranda. De espaldas, con rojo ropaje que da viveza al cuadro, Berenguer de Bardaxí conversa, a su vez, con el valenciano Beltrán que excusó su voto, por lo que se le pinta en desvaído color. En el centro del grupo de tres a la derecha del lienzo destaca la mitrada figura del obispo de Huesca, revestido para la misa que se disponía a celebrar, y que años más tarde sería creado cardenal por Martín V, flanqueado por dos catalanes, Valseca y Gualbes.

El pintor se autorretrata en penumbra a la derecha, con chaqueta y corbata, único retrato veraz, siendo imaginados los demás rostros, cuyas veras efigies ignoramos.

La elección de rey de Aragón se celebró así en Aragón, y ofició la misa el prelado aragonés, no el catalán, aunque éste era arzobispo, y aquél solamente obispo. Quedó clara la pre-eminencia aragonesa.

Digresión histórico-artística
La acrópolis de Caspe
El conjunto acropolitano incluía desde el s. XIV el castillo, el convento y la Colegiata.

Impresionante aspecto del castillo de Caspe antes de las destrucciones
Apunte a lápiz tomado de una acuarela de Hermenegildo Estevan (~1880)

El castillo de Caspe
El castillo de Caspe es, en origen, probablemente pre-romano. Sufrió modificaciones y ampliaciones a lo largo de su extensa historia. Entre mediados del s. XIV y mediados del s. XV experimentó las mejoras mayores, gracias al impulso de los caballeros sanjuanistas y, en especial, del Gran Maestre Heredia (1388), creándose - en opinión de Guitart -, una verdadera acrópolis con castillo, convento e iglesia, como sede del bailío de la Orden del Hospital, elevándose a Colegiata el rango de la iglesia en 1396. (Ver [13] tomo II, p. 108). En mi apunte de la acuarela de Hermenegildo Estevan, reiteradamente publicada (por ejemplo, en [8], p. 8), se aprecian dos altísimos arcos ojivales – hoy desaparecidos - que evocan vagamente la fachada del palacio de los papas en Aviñón. No debería extrañar esta semejanza, dada la vinculación con Aviñón y con Caspe del citado Gran Maestre. [12].


Lateral del castillo de Caspe

El castillo sufrió particularmente en repetidas situaciones bélicas: la sublevación de Cataluña 1640-1652, la guerra de Sucesión 1701-1711, la francesada de 1808-1809, y las guerras carlistas. En éstas la villa militó siempre en el bando isabelino, siendo ocupada tres veces por los carlistas, con la consecuencia de una terrible destrucción del castillo. En mayo de 1835, Cabrera se apoderó de algunas casas de Caspe, en junio, Llagostera se hizo dueño del primer recinto, e incendió después Caspe. De nuevo a mediados de 1836 volvió Llagostera, pero se retiró pronto, para regresar en noviembre, cuando pudo mantenerse once días.

Durante la Segunda Guerra Carlista (1891) se desplomó parte del castillo, y se demolió otra parte. (Ver [13], pp. 109 y 110).

De la Sala de San Vicente o Sala del Compromiso apenas quedan, tras las vicisitudes antedichas, las paredes y la roca natural del suelo. (Ver [12]).

En 2011-2012 el Gobierno de Aragón está acometiendo una restauración del castillo, considerada mejorable por algunos. (Ver Amigos del Castillo de Caspe).


 Castillo de Caspe en restauración

La villa de Caspe recibe el título de Ciudad
En 1861, entre la Segunda y la Tercera guerra carlista, Isabel II concedió a Caspe el título de ciudad.



Escudo de Caspe cincelado en la puerta del Ayuntamiento de la Ciudad

Durante la terrible guerra civil 36-39, concretamente en 1936, Caspe fue sede del Consejo de Aragón, redactándose en esta ciudad un anteproyecto de Estatuto de Autonomía de Aragón, que no llegó a ser ratificado.

El convento sanjuanista
Del convento sanjuanista, volado por las tropas napoleónicas en 1813, queda muy poco. Sus cimientos yacen bajo el campo de deportes del instituto de enseñanza contiguo a la iglesia.


Fachada del convento sanjuanista, a la derecha de la iglesia.
Portal de grandes dovelas, características aragonesas,
similar al del albergue de la Lengua de Aragón en Rodas

La colegiata (hasta 1851) de Santa María la Mayor
En cuanto a la iglesia, se ha conservado, y no es poco, la estructura del edificio. Según [12], p. 231, la profanación del sepulcro del Gran Maestre se produjo en la primera guerra carlista.

A los daños anteriores se sumaron los derivados de la atroz invasión de la mitad oriental de Aragón por las columnas procedentes de Cataluña, en el verano de 1936, y el sistemático saqueo durante los
meses siguientes, hasta su expulsión en marzo de 1938. La iglesia de Santa María de Caspe sufrió gravísimos expolios:

Se salvaron, de entre las donaciones del citado Gran Maestre Heredia a Caspe:

•El Lignum Crucis de Clemente VII, sobre el que juraron los Nueve, pero no el pie, que fue expoliado.

•El cáliz llamado «del Compromiso», con el que dijo misa el obispo de Huesca el día de la proclamación del rey don Fernando I.

Desaparecieron en ese periodo:
•En el pórtico, las esculturas en piedra con sus doseles ojivales, que quedaban de un total de doce adosadas a los muros, más la efigie de Santa María, en el parteluz de la puerta principal. También «desaparecieron» las veintidós estatuillas de las arquivoltas, así como la imposta exterior y el doselete sobre la imagen de la Virgen.

En el interior, aparte del incendio de la madera allí acumulada, desaparecieron:

•El retablo mayor, y todos los demás

•El sarcófago de alabastro del Gran Maestre Heredia.

•El sarcófago de alabastro de don Martín García Puyazuelo, natural de Caspe (ca. 1441), y que, como obispo de Barcelona (1511-1521), asistió al Concilio V de Letrán, durante el cual fallecieron: el Papa Julio II que lo había convocado, el Rey de Francia Luis XII (1515) y el Rey Fernando el Católico (1516). También recibió al joven Rey de Castilla y de Aragón Carlos de Habsburgo cuando acudió a Barcelona en 1519 para jurar los Usajes de Barcelona.



•El pie de plata inicialmente utilizado para exponer el Lignum Crucis.


•La patena que acompañaba al cáliz del Compromiso.

En la foto de la portada de la iglesia, obtenida hacia 1910, se constata la existencia de diversas estatuas que, según manifiestan testigos oculares, se encontraban en mal estado, debido al efecto de la intemperie sobre la piedra arenisca en que se habían esculpido. Todas están hoy desaparecidas.


Fachada de Santa María la Mayor de Caspe hacia 1910.
Se vislumbran hasta doce grandes esculturas a los lados.


Pórtico de Santa María la Mayor de Caspe hacia 1910



Pórtico de Santa María la Mayor de Caspe en 2010

Lenta y parcial reconstrucción
Se evidencia en la foto que la nueva imagen de la Virgen que sustituye a la «desaparecida» es de una factura completamente diferente: carece del «movimiento» de la original, un «movimiento» maravilloso que recuerda al de las esculturas de Claus Sluter en la Cartuja de Dijon.



Nuevo y bellísimo retablo mayor, a estilo del Cuatrocientos aragonés,
y sobre rica bancada de alabastro,
que sustituye al «desaparecido» durante la ocupación 1936-1938


Moderna estatua del Gran Maestre Heredia junto a la iglesia de Caspe

Fin de la digresión

La sentencia: don Fernando, proclamado rey de Aragón
Alcanzado el acuerdo, al día siguiente sábado 25 de junio se testificó un instrumento por seis notarios, dos por cada provincia, en presencia de los tres alcaides que tuvieron cargo de la defensa y guarda del castillo de Caspe, que eran Domingo Lanaja, Guillén Zaera y Ramón Fivaller.

Se acordó que la publicación se hiciese el martes siguiente, día 28 de junio, y con la solemnidad y aparato que se requería «en el auto más soberano que se vio en grandes siglos».[3].

Añade Zurita en [3]:
«Hízose un cadahalso de madera muy grande y bien alto, cerca de la iglesia, que está en lugar eminente junto al castillo, y a la que se sube por muchas gradas; y se adornó con paños de oro y seda, y había otros tablados muy ricamente aderezados adonde estuviesen los embajadores de los competidores y gran número de caballeros.
Salieron los tres capitanes con sus trescientos hombres armados, entre ballesteros y gente de a caballo, muy bien aderezados con sus jaquetones de tapete de velludo y brocado de muy ricos paños. Y a la postre iba Martín Martínez de Marcilla con el estandarte real de Aragón».




Estandarte real de Aragón

San Vicente Ferrer salió al estrado y, en nombre de los Nueve, anunció la decisión adoptada por éstos. Dijo «que los parlamentos y los súbditos y vasallos de la corona de Aragón debían prestar su fidelidad al ínclito y magnífico señor don Hernando, infante de Castilla, nieto del rey don Pedro de Aragón, padre del rey don Martín, como a más propinco varón de legítimo matrimonio y allegado a entrambos en grado de consanguinidad del rey don Martín, y le debían tener por verdadero rey y señor por justicia, según Dios y en su conciencia.

Y fue mucho de maravillar que aquel santo varón sólo fue el que dio razón de su parecer en que se fundaba; y los que se conformaron con él no dieron otra ninguna, sino que eran de su opinión».[3].

Solamente podemos intuir las razones en que se basó su voto a partir, por ejemplo, de un sermón de San Vicente en el que afirmó que no hay razón divina ni humana para excluir la sucesión por vía femenina: no hay razón divina, pues el mismo Cristo debe su naturaleza humana solamente a una mujer; no hay razón humana en el reino de Aragón, pues la reina Petronila sola, y no su esposo el conde, fue quien transmitió la realeza al hijo de ambos. [6].

Más adelante, en otro sermón, afirmó que aun en el caso de libre elección, pudo en justicia ser proclamado el infante por las excelsas cualidades que poseía.

Las Cortes de Aragón juran rey a don Fernando I, y heredero a su primogénito
El rey convocó Cortes a los aragoneses en la ciudad de Zaragoza, y allí se reunieron el 25 de agosto de 1412 los cuatro brazos (eclesiástico, nobiliario, de los caballeros e infanzones, de las universidades).

El martes, día 30 de agosto, el rey pronunció su discurso, alabando la fidelidad de los aragoneses y pidiéndoles que hiciesen el juramento de fidelidad como fieles y leales vasallos. A esta demanda respondió Domingo Ram, obispo de Huesca, como más antiguo prelado (pues la sede metropolitana de Zaragoza seguía vacante, administrada in retentis por la Santa Sede), en nombre de los cuatro brazos:

«Que eran muy contentos de prestar al rey el juramento de fidelidad ... pero que el rey jurase primero a los del reino de Aragón y a los del reino de Valencia que eran poblados a fuero de Aragón, los fueros, privilegios, libertades, usos y costumbres deste reino, y a las ciudades de Teruel y Albarracín sus fueros, y la unión e incorporación de los reinos (2)».
(Ver [3] Libro XII § I De la entrada del rey don Hernando en la ciudad de Zaragoza en su nuevo reino y de las cortes que celebró a los aragoneses, a donde juró sus fueros y libertades y ellos a él por legítimo rey y señor, pp. 285 y ss.)

Así, el sábado 3 de septiembre, en la Seo de San Salvador de Zaragoza, hizo el rey el juramento en poder del Justicia de Aragón; y el mismo día se hizo el juramento de fidelidad por los cuatro brazos del reino. El miércoles siguiente, 7 de septiembre, el primogénito don Alfonso juró lo mismo que el rey su padre, y también fue jurado por legítimo sucesor.


Seo de San Salvador de Zaragoza: detalle del ábside y del cimborrio
Sobre el rosetón del ábside, azulejos con las armas de los Luna

Las Cortes, que prosiguieron sus sesiones en el convento de Predicadores, concedieron al rey un subsidio de ƒ 50.000, a título de préstamo, y otros ƒ 5.000 para sus gastos, concluyéndose las sesiones el 15 de octubre.

Obediencia de don Jaime de Aragón II, conde de Urgel
Don Jaime no había acudido a las Cortes ni jurado obediencia. El rey, con gran benignidad, le ofreció la paz, el ducado de Momblanc y una generosa pensión, que acabó aceptando, y ofreció su obediencia por procurador.

Sublevación del conde de Urgel
Pero mal aconsejado por su ambiciosa madre Margarita de Monferrato, que le insistía: «o rei o res» (o rey o nada), se levantó en armas, con el apoyo formidable de don Antón de Luna. A esta descabellada aventura se sumó doña Violante de Luna, abadesa de Trasobares, prima de don Antón y sobrina del papa. Cuando Fernando I reunió un ejército y puso sitio a Balaguer, donde se había encastillado el de Urgel, don Antón reclutó a golpe de oro tropas mercenarias inglesas y gasconas, mientras doña Violante se encastillaba a su vez en la inexpugnable fortaleza de Loarre, que era de don Antón, como arriba se indica.

Final de la aventura
El papa no dudó en excomulgar a la abadesa su sobrina, ordenando además el traslado de las monjas al convento de Aguarón, y la demolición del de Trasobares, excepto la iglesia. Acabado el cisma, el papa Martín V emitió una bula (1419) autorizando el regreso de las monjas a Trasobares, que fue reconstruido.

El magnífico báculo de plata, plata dorada y esmaltes, expuesto en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid y atribuido hipotéticamente al propio Benedicto XIII parece ser, en realidad, de su sobrina doña Violante de Luna, abadesa que fue de Trasobares antes de su excomunión.

El castillo de Balaguer fue sitiado y tomado por el rey que, a súplicas de su tía Isabel, esposa del conde, y no sin serias reticencias, garantizó la vida y la inmunidad de todos los miembros del cuerpo al rebelde, cuyos bienes -empezando por el condado de Urgel- fueron confiscados por la Corona. Pasaría en prisión el resto de su vida, falleciendo en el castillo de Játiva, en el reino de Valencia.

Aún resistía en Loarre la indomable doña Violante, que acabó rindiéndose tras un asedio de un año, siendo encerrada en el castillo de Sora, cerca de Ejea. Consiguió escapar, pero volvió a ser capturada.


El castillo de Loarre visto desde el Este

En cuanto a don Antón, todas sus inmensas posesiones fueron confiscadas en 1413 por la Corona, y posteriormente enajenadas.

Fundación de la Universidad de San Andrés, en el reino de Escocia (28 de agosto de 1413)
Por la Bula In eminentis dignitatis, el papa Benedicto XIII funda la Universidad de San Andrés (Saint Andrews), primera Universidad del reino de Escocia.
En el encabezamiento de la Bula, se lee:

Benedictus Episcopus, Servus Servorum Dei, ad perpetuam rei memoriam.
 ...
Sane petitio pro parte charissimi in Christo filii nostri, Jacobi, Regis Scotiæ illustris, et venerabilis patris nostri, Henrici, Sancti Andreæ Episcopi ...

(Benedicto Obispo, Siervo de los Siervos de Dios, para perpetua memoria de las cosas.
... 
Por la sana petición por parte del carísimo en Cristo hijo nuestro, Jaime, Rey de Escocia ilustre [nacido en 1394, contaba entonces 19 años, y llevaba años retenido en Inglaterra], y de nuestro venerable padre Enrique, obispo de San Andrés ...).  
[Henry Wardlab era sobrino del ya fallecido (1390) obispo de Glasgow, Walter Wardlab; había residido en Aviñón, donde en 1403 fue consagrado obispo de San Andrés, y actuaba como tutor del joven rey].

Al pie de la Bula se indica el lugar y fecha de emisión:
Datum Paniscole, Dertusensis dioceseos, quinto calendarum Septembris, pontificatus nostro anno decimonono.
(Dada en Peñíscola, diócesis de Tortosa, el [día] quinto de las calendas de septiembre, en el año décimonono de nuestro pontificado) [28 de agosto de 1413].

Solemne coronación de Fernando I de Aragón en La Seo. Institución del Principado de Gerona (Domingo 11 de febrero de 1414)
El 15 de enero de 1414 volvió el rey a Zaragoza para ser coronado, alojándose en el palacio real de la Aljafería. Los jurados de la ciudad, adornada como convenía, mandaron poner dos telas para justar: una delante de la Aljafería, y otra en el mercado. Fue mantenedor don Juan III Martínez de Luna, señor de Illueca, hermano mayor del papa.
El sábado 10 de febrero, después de armar algunos caballeros, salió el rey con gran majestad y pompa real de La Aljafería hacia la Seo de San Salvador, acompañado de cinco infantes sus hijos y de todos los grandes y caballeros, y veló sus armas toda la noche. Al alba, oyó el rey misa en la capilla de los Ángeles, de donde pasó al altar mayor, donde estaba preparado su trono real, y se ciñó su espada. Le calzaron las espuelas su hijo don Enrique, maestre de Santiago, y el duque de Gandía don Alfonso. Estaban presentes el arzobispo de Tarragona y el obispo de Huesca.
Entonces, el arzobispo de Tarragona dijo así:

- «Reverendo Padre: este resplandeciente caballero, al cual por sucesión legítima pertenece el reino por dignidad real, demanda a la santa madre iglesia que le consagremos».
El obispo de Huesca preguntó entonces:
- «¿Sabedes vos pertenecer a él el reino por legítima sucesión
Esta fue la respuesta:
- «Nos conocemos e creemos a él pertenecer la legítima sucesión del reino».
(Ambos prelados presentes habían formado parte de los Nueve en Caspe)

Y rezadas ciertas oraciones y las otras cosas que tiene mandadas la Iglesia, fue ungido por el obispo de Huesca (pues la sede metropolitana de Cesaraugusta seguía vacante, administrada in retentis por la Santa Sede).

Tomó el rey del altar una corona de extraña riqueza que él mandó labrar para su coronación, y púsola sobre su cabeza, y tomó el cetro y el pomo real. Estando el rey ante su trono, se acercó el primogénito don Alfonso, y el rey le vistió un manto, púsole un chapeo en la cabeza y una vara de oro en la mano, y dióle la paz, y el título de príncipe de Girona, que desde entonces llevan los primogénitos de Aragón, a imitación del reino de Inglaterra, a cuyo heredero llaman príncipe de Gales.

Celebrada la misa, el rey se pasó a la capilla donde está el sepulcro de alabastro del arzobispo don Lope Ferrench de Luna, y por allí salió de la Seo. Púsose en un caballo blanco, de las camas de cuyo freno iban trabados dos cordones de sirgo blanco: llevaban el diestro el infante don Enrique, hijo del rey; el duque de Gandía; don Fadrique de Aragón, conde de Luna; otros condes y vizcondes, y los jurados de Zaragoza y Valencia, y los embajadores de otras ciudades; llevaban el siniestro el infante don Pedro, hijo del rey; don Enrique de Aragón, Marqués de Villena; los condes de Cardona, Módica y Quirra, los vizcondes de Villanova e Illa, y otros barones, y los embajadores de Barcelona y de otras ciudades. Iba el rey bajo un palio muy rico que llevaban doce ciudadanos de Zaragoza. Y con aquella pompa volvió el rey hasta La Aljafería con grandes juegos y entremeses, que duraron hasta que el rey llegó a su palacio, que fue cuatro horas después de mediodía.

Al día siguiente hubo misa mozárabe en la capilla de San Martín de la Aljafería (actual biblioteca de las Cortes de Aragón), conforme al rito del tiempo de los godos.

El martes y miércoles siguiente fue la coronación de la reina doña Leonor, con las mismas ceremonias, salvo que la coronó el rey con sus manos y con la corona que le envió desde Castilla la reina regente.

Y fue esta fiesta de coronación con la mayor pompa y solemnidad que se vio jamás en estos reinos.

(Extractado de [3], Libro XIII, § XXXIV De la fiesta que se celebró en la coronación del rey y de la reina y que en ella se dio el título de príncipe de Girona al infante don Alonso su hijo primogénito.)

Nuevo Tesorero General de la Corona de Aragón
Fernando I nombró en 1414 nuevo Tesorero General de la Corona de Aragón a Ferran (o Fernando) de la Cavalleria. Su marca en los florines de oro fue un caballito ensillado. Su nombre habia sido Bonafos de la Cavalleria hasta su conversión al catolicismo el 2 de febrero de 1414.
Cesaría en el cargo, tal vez por fallecimiento, poco después de la muerte del rey en 1416. [21].

Fernando I acude a Tortosa a rendir pleitesía al papa
A continuación, el rey, con la familia real, se dirigió a la ciudad de Tortosa, donde por entonces residía la corte pontificia.
Cuando llegaron a dos leguas de la ciudad, todos los cardenales y prelados de aquella corte fueron a hacerle reverencia. Al día siguiente, el papa acogió a sus huéspedes con la solemnidad que se acostumbra. Quince días estuvo el rey en la corte papal.


Ábside de la Seo de Tortosa



Palacio episcopal de Tortosa

Investidura del reino de Trinacria
Benedicto XIII, con autoridad apostólica, de consejo y consentimiento de los cardenales, había separado perpetuamente y eximido y del todo librado el reino de la isla de Sicilia y adyacentes, llamado reino de Trinacria, del reino de Nápoles, que se llamaba reino de Sicilia. Entonces decidió encargar su regimiento a Fernando I de Aragón, para él y sus sucesores, invistiéndole con un anillo de oro, si reconocía que el directo dominio de aquel reino pertenecía al papa y a la iglesia de Roma. Cada año, el rey y sus sucesores deberían servir a la Santa Sede con cinco galeras armadas y bien en orden, por tiempo de tres meses; además pagarían -en la festividad de San Pedro y San Pablo- un censo anual de 80.000 florines de oro de Florencia.

El Concilio de Constanza
El escándalo que para toda la Cristiandad representaba el interminable Cisma movió al rey de romanos Segismundo a promover la reunión de un concilio, que fue convalidado por el papa Juan XXIII. Éste, elegido en el anticanónico conciliábulo de Pisa, sería posteriormente declarado antipapa por el mismo Concilio de Constanza. Su abdicación resolvió lo que de otro modo habría sido una inextricable maraña jurídica.

Una anécdota de Segismundo
Segismundo se ganó fama de pagado de sí mismo. Hablaba seis lenguas, no todas bien, como veremos. A veces, una anécdota define a un personaje mejor que cien páginas. En cierta ocasión, Segismundo pidió al concilio de Constanza, refiriéndose al cisma de Bohemia: «Date operam ut illa nefanda schisma erradicatur». (Obrad para que la nefanda cisma sea erradicada). Un cardenal que se sentaba a su lado le susurró: «Domine, schisma est generis neutris» (Señor, cisma es de género neutro). A lo que Segismundo replicó: «Ego sum rex romanus et super grammaticam». (Yo soy el rey de romanos, y estoy por encima de la gramática).

Morella,  fortaleza digna solamente de un rey
La entrega de Morella fue acordada con los moros por el noble aragonés don Blasco de Alagón en 1232. Cuando el rey Jaime I lo supo, salió a uña de caballo para interponerse entre don Blasco y la puerta de la villa. Argumentando que solamente un rey era digno de poseer tan formidable fortaleza, consiguió que don Blasco se la diera, a cambio de ser nombrado alcaide de por vida; además el rey le donó en compensación el señorío de Sástago, de modo que sus sucesores acabarían recibiendo el título de condes de Sástago.


Vista de Morella desde el oeste


Entrevista de Morella
«Eodem anno [MCDXIII] magna anbaxiata inparatoris venit ad regem super via cessionis a papa obtinenda; et papa et rex convinerunt in villa de Morella, et papa ospitabitur in domo fratrum Minorum, et rex in castro.» [1].
(En el mismo año [1413] una gran embajada del emperador vino al rey acerca de la vía de cesión a ser obtenida del papa, y el papa y el rey se reunieron en la villa de Morella, y el papa se hospedaba en la casa de los Frailes Menores, y el rey en el castillo.)

El rey salió de Zaragoza en barca hasta Escatrón, llegando el primero a Morella. El papa permanecía a la expectativa en San Mateo, sede de los Maestres de Montesa. Cuando el rey supo que el papa comía en sencilla vajilla de estaño, le regaló su vajilla de oro. Benedicto XIII acudió después a Morella.


Claustro de San Francisco; en lo alto, el castillo de Morella

Solemne misa en la basílica de Santa María la Mayor
«Tandem quodam die dominico papa et rex iverunt ad missam ad ecclesiam maiorem, et rex portabat gremium pape cum corona in capite
(Después, cierto domingo, el papa y el rey fueron a misa a la iglesia mayor, y el rey llevaba el gremial del papa con la corona en la cabeza).
Pero ni el oro ni el gremial movieron a Benedicto a abdicar.
El gremial es la toalla que se ciñe el prelado cuando lava y seca después con ella los pies de doce varones el día de Jueves Santo.


Iglesia basílica de Santa María la Mayor de Morella: portal de los Apóstoles



Iglesia basílica de Santa María la Mayor de Morella: detalle de la subida al coro
Genealogías de Jesucristo (Evangelio de San Mateo, Capº 1).

Vistas de Perpiñán
El Concilio de Constanza, obtenidas las abdicaciones de Juan XXIII y de Gregorio XII, delegó en el rey de romanos Segismundo el acabar con el cisma. Se trataba de seguir la vía de la cesión de Benedicto XIII, para lo que acudió a Perpiñán a verse con el único papa que quedaba, y con el rey que le acogía y amparaba: Fernando I de Aragón.

Éste, al que habían dado por muerto tras un dramático desmayo en Valencia, salió hacia Perpiñán, ora por tierra en litera, ora por mar, en doloroso viaje hasta desembarcar en Colibre. Ya en Perpiñán, cedió al papa su palacio real, construido antaño por los reyes de Mallorca, y él se alojó en los agustinos. Segismundo llegó (19 de septiembre de 1415) con lucidísimo acompañamiento, y visitó al papa y al rey de Aragón, postrado en cama.

También llegaron a Perpiñán representantes del concilio de Constanza, así como los embajadores de los reinos de: Francia (el arzobispo de Reims), Inglaterra (el obispo de Worcester), Castilla (el arzobispo de Burgos, Pablo de Santa María, llamado antes de su conversión Salomón ha-Leví), Navarra (el protonotario), y Hungría (el Gran Canciller); el duque de Lorena; los condes de Armañac, Saboya y Provenza; y representaciones de las universidades de París, Mompeller y Tolosa (de Lenguadoc).[23].

Sitio y toma de Harfleur, y batalla de Azincourt (25 oct 1415)
Mientras tanto, en el norte de Francia, el joven y belicoso Enrique V, nuevo rey de Inglaterra desde que el 20 de marzo de 1415 falleciera su padre Enrique IV de Lancaster, rompiendo la larga tregua en la Guerra de los Cien Años, sitiaba y tomaba Harfleur, en el estuario del Sena. Habiendo sufrido grandes bajas, se retiraba hacia Calais, cuando un poderoso y lucidísimo ejército francés, comandado por el condestable de Francia Carlos de Albret (bajo la tutela de los tres duques reales), le salió al paso cerca de Azincourt. El 25 de octubre de 1415 (festividad de San Crispín, como indica Shakespeare en su inmortal Enrique V), las  fuerzas inglesas, inferiores en número, obtuvieron una victoria tan grande como inesperada. El condestable de Francia murió en el combate, entregándose a merced del vencedor lo más lucido de la nobleza de Francia.
Este era el trasfondo europeo. Pero volvamos a Perpiñán.

Benedicto XIII defiende su legitimidad
Benedicto, creyendo que la abdicación de los otros dos papas le proporcionaba la ocasión de probar su indudable legitimidad, defendió ésta durante siete horas en latín, concluyendo con un lapidario «prima sedis a nemine iudicatur» o, en román paladino, el papa no puede ser juzgado por nadie (ni siquiera por el Concilio).
Se abrieron negociaciones, pero Benedicto se vio forzado a comprender que sus razonamientos caían en oídos sordos, oídos que solamente querían escuchar su abdicación. Esto dijo el papa:  «Nunc clarè video quod non queritis nisi persone mee confusionem» (Ahora claramente veo que no buscáis sino la confusión de mi persona).
Segismundo se marchó de Perpiñán indignado, amenazando con invadir a sangre y fuego Aragón, siendo alcanzado en Narbona por los embajadores de Fernando I, que le suplicaron esperase allí la inminente cesión de Benedicto.

Los tres requerimientos
Se acordó con Vicente Ferrer requerir por tres veces al papa su abdicación, y de negarse, retirarle la obediencia al tercer requerimiento.

Primer requerimiento
Se intimó a Benedicto, que seguía en Perpiñán, que abdicara, limitándose Su Santidad a indicar que su respuesta placería a los de su obediencia. Y así, fue situando sus peones: por la bula Creditæ nobis dispensationis, de 13 de noviembre de 1415, sublimó a arzobispo de Zaragoza a Francés Climent, hasta entonces obispo de Barcelona, cubriendo la vacante con Andreu Bertran, llamado antes de su conversión Astruch Leví.
Al día siguiente, abruptamente (tal vez recibiera alguna información alarmante), Benedicto XIII salió de Perpiñán camino de la playa de Colibre, donde le esperaban sus dos galeras.

Segundo requerimiento
Se le rogó que regresase a Perpiñán, a lo que se negó alegando no sentirse ya seguro allí.

Tercer requerimiento: la lamentación
El primogénito Alfonso se trasladó a la playa de Colibre con el tercer requerimiento, preguntando al Papa qué respuesta llevaría a su padre el rey. Benedicto le pidió que le transmitiese estas palabras: «me qui te feci missisti in desertum» (a mí que te hice me enviaste al desierto) y, de su puño y letra, escribió, lacró y selló un pliego que debería ser entregado a Fernando I.
A continuación, se hizo a la mar rumbo a Peñíscola, acompañado de sus cardenales y demás fieles, entre los que se encontraba el venerable Francés de Aranda, uno de los Nueve.
Era el 1º de diciembre de 1415.

La maldición
Cuando Fernando I, gravemente enfermo y a las puertas de la muerte, rompió el lacre y abrió el pliego, leyó esta terrible maldición que fulminaba contra él el Vicario de Cristo:

«Ex nihilo feci te et pro mutua mercede solum me dereliquisti in deserto: dies tui erunt parvi et vita tua abreviabitur illegitimaque tua progenies in nefario incesti concepta non regnavit usque ad quartam generationem». (según Monfar en [19]).
(De la nada te hice, y por favores mutuos me dejaste solo en el desierto: tus días serán pocos y tu vida será acortada y tu progenie ilegítima, en nefario incesto concebida, no reinará hasta la cuarta generación).

El rey, en efecto, fallecería antes de cuatro meses, y su nieto Fernando el Católico se iría de este mundo, según lo predicho, sin dejar hijo varón, extinguiéndose así la dinastía antes de llegar a la cuarta generación.

Retirada de las obediencias a Benedicto XIII
Hasta su confesor Vicente Ferrer, aun reconociéndolo verdadero Pontífice, había recomendado, por el bien de la Iglesia, retirarle la obediencia; él fue el encargado de anunciar dicha retirada de obediencia de todos los reinos y señoríos del rey de Aragón - y eran numerosos- , anuncio que hizo en enero de 1416.

El documento de retirada de obediencia del reino de Castilla, sellado con el sello secreto del rey de Aragón (3) –que seguía ejerciendo la co-regencia- se dató el 15 de enero, pero tardaría meses en aplicarse, ante la oposición de muchos, entre los que se contaban los arzobispos de Toledo y de Sevilla.


Gran sello de Fernando I, rey de Aragón

Navarra no le retiraría la obediencia hasta el mes de julio. El rey de Escocia y el conde de Armañac le permanecieron fieles mucho tiempo más.

Muerte de Fernando I (2 abr 1416)
Volvió el rey a Barcelona, donde, tras largas, espinosas e infructuosas negociaciones. no consiguió los fondos que necesitaba. Decidió ir a buscarlos a Castilla, y salió hacia Zaragoza. Al pasar por Igualada (Aqua Lata) el 14 de marzo, se agravó tanto la enfermedad renal que venía padeciendo, que le fue preciso interrumpir el viaje. Fallecería allí mismo (2 de abril de 1416), cuando se esperaba aún mucho de su capacidad y experiencia. Su hijo Sancho había muerto también poco antes, y a causa de idéntica enfermedad, noticia que el rey no llegó a conocer. El cuerpo del monarca fue llevado a sepultar a los mausoleos reales del Monasterio de Poblet que había mandado erigir Pedro IV el Ceremonioso. (4)

Contaba 35 años de edad. Desde que fue jurado en la Seo cesaraugustana habían transcurrido tres años y siete meses. Le sucedió su primogénito Alfonso, que reinaría con el nombre de Alfonso V, que ganaría el reino de Nápoles, y al que la Historia apodaría el Magnánimo y el Sabio.

Muerte de Vicente Ferrer
Habiéndose negado a acudir a Constanza, el santo dominico continuó sus predicaciones por el Mediodía francés, por Arvernia y por Bretaña.
Falleció el 5 de abril de 1419 en Vannes, en cuya catedral reposan sus restos.
Incoada su beatificación por el papa Eugenio IV en 1431, constan 860 milagros o prodigios en su proceso de canonización. Fue incluido en el catálogo de los santos por el papa Calixto III en 1455.


La devoción al taumaturgo valenciano alcanzaría dimensión universal.
Esta bonita vidriera ilumina, con otras,
la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, en Río de Janeiro.


El Venerable Francés de Aranda
Francés de Aranda (1356-1441), uno de los Nueve jueces reunidos en Caspe, viviría hasta muchos años después de estos acontecimientos. Siglos más tarde, en 1902, la ciudad de Teruel erigió un monumento a su memoria. Su autor fue el escultor zaragozano Carlos Palao y Ortubia, y se ubicó en la plaza Francés de Aranda, frente al Palacio Episcopal. La imagen, fundida en bronce, lo representa vestido de cartujo y sosteniendo con sus manos un cofrecillo, en memoria de la Santa Limosna que Aranda creó para atender a los más necesitados. De él cuelgan unos documentos que recuerdan su participación en el juicio de Caspe. A sus pies está la espada de caballero que él abandonó para ingresar como donado en la Cartuja de Porta Cœli.  
                   

Monumento a Francés de Aranda en Teruel


Muerte de Benedicto XIII
Escribe Martín de Alpartil: «MCCCCXXIII memoratus dominus Benedictus debitum nature exsolvit post innumeras persecutiones sibi illatas, occassione scismatis, in castro Paniscole, regni Valencie et diocessis Dertussensis». [1]
(En 1423, el recordado señor Benedicto saldó su deuda con la naturaleza tras innúmeras persecuciones a él inferidas, con ocasión del cisma, en el castillo de Peñíscola, del reino de Valencia y de la diócesis de Tortosa).


San Pedro con las llaves, y con las facciones de Benedicto XIII en su senectud (ver, no obstante, Nota 6),
con la tiara cónica de San Silvestre sobre su cabeza, y con sendos cardenales a derecha e izquierda.
Tabla recuperada del retablo de Cinctorres (Castellón)

Habría alcanzado, según algunos, los 95 ó 96 años de edad.

Elección de Clemente VIII. Su renuncia, y final del cisma
Fue entonces elegido papa en Peñíscola el cardenal Gil Sánchez Muñoz (Egidius Sancii Munionis), de ilustre familia turolense, que se llamó Clemente VIII.
Finalmente, en 1430, en la iglesia de la localidad de San Mateo, actual provincia de Castellón, en la Comunidad Autónoma de Valencia, renunció al papado (5), concluyendo así para siempre el Gran Cisma de Occidente.

La tiara de San Silvestre
La tiara de San Silvestre fue entregada a Martín V, que mandó depositarla en San Juan de Letrán. La ciñó en su coronación Nicolás V, que fue papa de 1446 a 1455. Fue robada en 1485, sin que jamás se haya encontrado.

Portal románico y torre de la iglesia de San Mateo,
en la localidad de San Mateo, reino de Valencia y diócesis de Tortosa



Lápida colocada en el atrio de la iglesia de San Mateo

(En el año 1429 de la reparación de la salvación,
el décimocuarto día del mes de agosto,
en esta fortaleza de san Mateo
GIL MUÑOZ
que había asumido el nombre de Clemente VIII
como vero sucesor de Benedicto XIII Pedro de Luna,
se reconcilió públicamente con la Iglesia
y prestó su obediencia al papa Martín V
en manos del cardenal legado Pedro de Foix)

Solamente entonces, extinto el pernicioso cisma, la Santa Sede, regida por el papa Martín V, entregó al rey de Aragón el castillo de Peñíscola.
Gil Sánchez Muñoz fue nombrado obispo de Mallorca, sede que rigió hasta su muerte a la edad de 77 años. Su cuerpo reposa en la seo mallorquina.

Muerte del emperador Segismundo
La coronación de Segismundo como emperador se demoró años, y hasta 1433 no le sería impuesta la corona por el papa Eugenio IV.
Falleció en 1437, sin hijos varones, y su hija Isabel casó con Alberto II de Habsburgo, duque de Austria, que sería elegido sucesor suyo.

Lamentable final de don Fadrique de Aragón y Luna
Andando los años, también don Fadrique se enfrentó con el rey, que era ya Alfonso V, por la titularidad del reino de Sicilia. Declarado en rebeldía en 1430, se exilió a Castilla, cuyo rey Juan II estaba entonces en guerra con Aragón. Fueron confiscadas por la Corona sus posesiones, heredadas de su abuela la reina doña María de Luna, así como el título de conde de Luna.

Apresado en Sevilla en 1434, fue encarcelado en Ureña, donde murió en 1438, diz que envenenado.

---oOo---

EPITAFIO


ARAGON
OS·PIDE·QVE·ROGVEIS·A·DIOS
POR·BENEDICTO·PP·XIII
PEDRO·DE·LVNA
EL·GRAN·ARAGONES
DE·VIDA·LIMPIA
AVSTERA
GENEROSA
SACRIFICADA
POR·VNA·IDEA·DEL·DEBER
EL·JVICIO·FINAL
DESCVBRIRA
MISTERIOS·DE·LA·HISTORIA
EN·EL·NOS·SALVE·JESVCRISTO
Y·SANTA·MARIA·SV·MADRE

(Lápida con letras doradas colocada en el castillo de Peñíscola en 1923)
---oOo---



Escultura en bronce de Benedicto XIII, obra del polifacético Sergio Blanco (Bilbao, 1948-Madrid, 2015)
antes cantautor, después escultor excelente,
colocada a la puerta del castillo de Peñíscola en 2007.

El rostro reproduce las facciones (ver, no obstante, la Nota 6) del busto de plata de San Valero
conservado en la Seo cesaraugustana

---oOo---

NOTAS

(1) Tras diversas donaciones a iglesias y monasterios (Santa María de Pamplona, San Salvador de Leire, Santa María de Nájera, San Salvador de Oña, San Salvador de Oviedo, Santiago de Galicia, Santo Domingo de Silos, San Juan de la Peña y San Pedro de Siresa), el reino, o sea «el dominio que tengo sobre toda la tierra de mi reino, el principado y derecho que tengo sobre todos los hombres de mi tierra, tanto clérigos como laicos, obispos, abades, canónigos, monjes, nobles, caballeros y burgueses, rústicos y mercaderes, hombres y mujeres, pequeños y grandes, ricos y pobres, judíos y sarracenos» todo lo dejaba a las tres Órdenes Militares: el Sepulcro del Señor, el Hospital de San Juan en Jerusalén, y el Temple de Salomón, «con tal ley y costumbre como mi padre [el rey Sancho Ramírez], mi hermano [el rey Pedro I] y yo mismo tuvimos y debimos tener». [14]

No debe sorprender la desmesurada extensión geográfica que abarcaban las donaciones, porque desde su matrimonio con la reina Urraca, a sus reinos patrimoniales de Aragón, Sobrarbe, Ribagorza y Pamplona, añadió los de León, Castilla, Galicia y Toledo, amén de su definitiva conquista del regnum Cæsaraugustanum, titulándose emperador de España, como antes había hecho su difunto suegro Alfonso VI de León y Castilla. (Ver [15]).

(1 bis) Don Pedro, por la gracia de Dios rey de Aragón, de Valencia, de las Mallorcas, de Cerdeña, de Córcega, Conde de Barcelona, de Rosellón y de Cerdaña, etc. Considerando los muchos y calificados servicios vuestros y los que hicieron vuestro padre Don Artal de Luna y Don Artal vuestro hermano mayor en la conquista y reino de Cerdeña, en servicio del Serenísimo Señor Rey Don Alfonso [IV] nuestro padre, y los que vos, el dicho Don Lope de Luna, Señor de la Ciudad de Segorbe, del nuestro Consejo, me habedes fecho; y por lo mucho que me servisteis contra los rebeldes de mi corona, triunfando de ellos, imitando en esto a vuestro padre y mayores, poniendo en sosiego mis Reinos y Señoríos, con grandes gastos que en estos hicisteis poniendo vuestra persona a grandes peligros por las cosas de mis servicios; tengo por bien, atendiendo a los méritos de vuestra persona, y grandes Estados, de haceros merced y daros título de Conde de vuestro nombre y apellido de Luna, el qual concuerda con el de la dicha Villa y Castillo de Luna, el qual por vuestros justos títulos, sea para vos y para vuestros sucesores que sucedieren en vuestros Estados y Señoríos.
Cuya data fue en la Aljafería de la Ciudad de Zaragoza, a diez días de las calendas de octubre de mil trescientos cuarenta y ocho años. [10 de octubre de 1348].
[23], p. 401.

(2) El «Estatuto de Unión» de Jaime II establecía que quienquiera que fuese rey de Aragón, ése sería también rey de Valencia y conde de Barcelona; y cuando Pedro IV incorporó a su corona el reino de Mallorca, el Estatuto pasó a ser «Estatuto de Unión e Incorporación», incluyendo en lo sucesivo también el reino de Mallorca y los condados del Rosellón y de Cerdaña, anexos al mismo.

(3) La detracción de obediencia de Castilla venía suscrita por el rey Juan II y, como menor de edad, por «la señora reina mi madre mi tutora e regidora de mis reinos e sellada del sello secreto del dicho rey de Aragón», y datada en la entonces villa de Valladolid el 15 de enero de 1416. (Ver texto completo en [3], Libro XII, § LXI Que en los reinos de Castilla se defirió de quitar la obediencia a Benedicto [XIII] como se había acordado, pp. 475-479.)

(4) «En 15 de abril del sobredicho Año de 1416 fue sepultado en Poblet en tumba de madera baxa, en el Presbiterio, en la cual estuvo hasta 1499, cuando fue colocado en el primer sepulcro del arco Real, que está à mano izquierda entrando del Coro al Presbiterio; aunque al obrarse el Coro, año 1433, estaba ya hecha la sepultura». (Esto escribió el Abad Vicente Prada, según Francesca Español Bertran, en Locus Amœnus 4, 1998-1999).

(5) Desde la abdicación en San Mateo de Clemente VIII, considerado antipapa, y obedecido casi únicamente en Peñíscola, ningún sucesor de San Pedro le imitaría en abdicar hasta que Benedicto XVI, en nota leída en el Consistorio del lunes 11 de febrero de 2013, anunció:
   «Fratres carissimi: Non solum propter tres canonizaciones ad hoc consistorium vos convocabi sed etiam ut vobis decissionem magni momenti pro Ecclesiæ vita communicem ... plena libertate declaro me ministerio Episcopi Romæ succesori Sancti Petri per manus Cardinalium die undevigessimo Aprilis anno duomillessimo quinto commissum renuntiare; ita ut a die vigessimo octavo Februarii anno duomillessimo decimotercio, hora vigessima, Sedis Romæ, Sedis Sancti Petri, vacet; et conclave ad eligendum novum Summum Pontificem ad his quibus competit convocandum esse ...».
   (Hermanos queridísimos: Os he convocado a este Consistorio no solamente para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia ... con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, sucesor de San Pedro, que me fue encomendado por mano de los cardenales el décimonoveno día de abril de 2005; así pues, desde el vigésimo octavo día de febrero de 2013, a la hora vigésima, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante; y deberá convocarse, por quienes compete, conclave para elegir nuevo Sumo Pontífice...).

El documento está datado Ex Ædibus Vaticanis el día diez de febrero de 2013 (que fue domingo), y firmado así: BENEDICTUS PP XVI.

Las tres canonizaciones cuya fecha se trató en este Consistorio fueron: la de la beata Laura de Jesús Montoya Upegui (1874-1949), monja fundadora nacida en Jericó, cerca de la ciudad colombiana de Antioquia; la de la beata mexicana, también monja, Anastasia Guadalupe García Zavala, conocida como «madre Lupita»; y la del beato Antonio Primaldo y sus 800 compañeros mártires, asesinados (13 ago 1480) en las proximidades de la ciudad italiana de Otranto (entonces perteneciente al reino de Nápoles) por una fuerza expedicionaria turca, por negarse a convertirse al Islam, permaneciendo cristianos.

(6) El sábado 20 de agosto de 2016, se proyectó al aire libre en la plaza de España de Illueca un documental cinematográfico titulado "600 años sin descanso: el Papa Luna", dirigido por Germán Roda. Asistirían el forense Salvador Baena y uno de los guionistas, el periodista Ramón J. Campo. Con entrevistas a los investigadores de la Guardia Civil, y al novelista turolense Javier Sierra, el documental abordaba los avatares de los restos mortales del papa de Peñíscola, que culminaron con el reciente robo del cráneo. Lo que quedaba de éste - faltaba el maxilar inferior - se conservaba y exponía en el palacio de los condes de Argillo en Sabiñán y, tras el robo, fue felizmente recuperado por la Guardia Civil. Se comprobó la autenticidad del mismo cotejando su escaneo con el escaneo del busto-relicario de plata sobredorada y con esmaltes conservado en La Seo de Zaragoza. El encaje de la forma craneal era perfecto, con la única diferencia de la forma de la nariz. En la realidad ésta fue marcadamente aguileña, pero tanto el escultor del referido busto, como el óleo sobre tabla de Cinctorres, se tomaron la licencia artística de representar una fina nariz el primero, y una nariz de perfil ático el segundo, como muestran las fotografías incluidas en este blog. A su vez, el retrato del argénteo busto sirvió de modelo para la escultura en bronce ubicada a la puerta del castillo de Peñíscola, también representada con nariz recta.

---oOo---
  



BIBLIOGRAFÍA

[1] Cronica Actitatorum Temporibus Benedicti Pape XIII; autor: Martin de Alpartil; idioma original: latín; siglo XV; edición y traducción española: Ángel Sesma Muñoz y Mª Mar Agudo Romeo, basada en el texto crítico de F. Ehrle, S. J., Paderborn, 1906; editor: Gobierno de Aragón, Departamento de Educación y Cultura; Zaragoza, 1994.

[2] Historiarum Ferdinandi regis Aragoniæ; autor: Lorenzo Valla; existe traducción española preparada por Santiago López Moreda; editor: Akal; Madrid, 2002.

[3] Los cinco libros primeros de la Segunda parte de los Anales de la Corona de Aragón; autor: Geronymo Çurita; impresor: Domingo de Portonariis y Ursino, Impresor de la Sacra Catholica Real Magestad y del Reyno de Aragon; imprimiose en la muy insigne ciudad de Çaragoça, año MDLXXIX; reedición moderna: Institución «Fernando el Católico» (Consejo Superior de Investigaciones Científicas); preparó la reedición: Ángel Canellas López, Cronista Oficial de la Excma. Diputación Provincial de Zaragoza; Zaragoza, 1974.

[4] El compromís de Casp; autor: Ferran Soldevila; editor: Rafael Dalmau; Barcelona, 1965.

[5] El castillo de Loarre; autor: Virgilio Valenzuela Poved.

[6] El Compromiso de Caspe; autores: Manuel Dualde Serrano y José Camarena Mahiques; editor: Institución "Fernando el Católico" y Ayuntamiento de Caspe; Zaragoza, 1976.

[7] Historia del Estado Bizantino; autor: Jorge Ostrogorsky; título original: Die Geschichte der bizantinischen Staates; editor: Akal; traducción española: Javier Facci; Madrid, 1983.

[8] La Vera Cruz de Caspe; autor: Miguel Caballú Albiac; editor: Grupo Cultural Caspolino; Zaragoza, 1995.

[9] El Gran Maestre Juan Fernández de Heredia; nº 12 de la Colección «Mariano de Pano y Ruata»; autor: Juan Manuel Cacho Blecua; editor: Caja de Ahorros de la Inmaculada de Aragón; Zaragoza, 1997.

[10] Los caballeros de Rodas; autor: Ilías Kollias, ex Éforo de Antigüedades Bizantinas del Dodecaneso; editor: Ekdotiké Athenón S. A.; Atenas, 2006.

[11] Aragonia Sacra; director de la edición: Domingo J. Buesa Conde; editor: Comisión Regional del Patrimonio Cultural de la Iglesia en Aragón; Zaragoza, 2003.

[12] La orden de San Juan de Jerusalén en Caspe; autor: Amadeo Barceló Gresa; editor: Comarca del Bajo Aragón-Caspe/Baix Aragó-Casp; Zaragoza, 2007.

[13] Castillos de Aragón; autor: Cristóbal Guitart Aparicio; colección «Aragón» dirigida por Guillermo Fatás; editor: Librería General; Zaragoza, 1976.

[14] Vida de Alfonso el Batallador; autor: José-María Lacarra y de Miguel; editor: Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja; Zaragoza, 1971.

[15] Calatayud, Alfonso el Batallador y los almorávides; autor: José-Carlos Abadía Doñaque; editor: Institución «Fernando el Católico»; Zaragoza, 1989.

[16] Templarios y Hospitalarios en el Reino de Aragón; autora: Mª Luisa Ledesma Rubio; editor: Guara Editorial; Zaragoza, 1982.

[17] Juan Fernández de Heredia, castellán of Amposta (1346-1377), Master of the knights of St. John at Rhodes (1377-1396); autor: A. T. Luttrell; Oxford, 1959.

[18] Acta Curiarum Regni Aragonum, Tomo VII (Vol. 1º -p. 1 a 292- y Vol. 2º - p. 293 a 681); edición Gobierno de Aragón, Departamento de Educación, Cultura y Deporte, e Ibercaja; J. Ángel Sesma Muñoz coordina a ocho autores; Zaragoza, 2011.

[19] Historia de los condes de Urgel; autor: Diego de Monfar y Sors; edición: Próspero Bofarull; edición digital: Universidad de Toronto (Canadá).

[20] El Papa Luna: Un imposible empeño (Estudio político-económico); Vol. I (101 págs.); Vol. II (93 págs.); autor: Francisco de Moxó y Montolíu; Editorial Librería General, S. A.; Zaragoza, 1986.

[21] Problems of chronology in the ... florins ... issued in the name of Martí(n); autor: M. Crusafont i Sabater; publicado en Problems of medieval coinage in the Iberian area; editan: Sociedad Numismática Avilesina e Instituto de Sintra; editores: Mario Gomes Marques y M. Crusafont i Sabater; Avilés, 1986.

[22] Historia económica de España; autor: Jaime Vicens Vives; Editorial Vicens-Vives; Barcelona, 1967.

[23] El papa de Peñíscola: un siglo de Europa; autor: Adro Xavier; editorial Petronio, S. A.; Barcelona, 1975.

[24] El Interregno (1410-1412); autor: José-Ángel Sesma Muñoz; edita: Institución Fernando el Católico; Zaragoza, 2011.

[25] Colección diplomática de La Almunia de Doña Godina; autor: Ángel Canellas López; editor: Institución Fernando el Católico (C.S.I.C.); Zaragoza.

---oOo---


APÉNDICE NUMISMÁTICO

FLORÍN DE ORO DE ARAGÓN / MARAVEDÍ CASTELLANO / EQUIVALENCIAS MONETARIAS

NOTAS:
Se pretenden resumir aquí solamente algunos datos muy esquemáticos, pero significativos.
Utilizo el signo š para representar el sonido de la «ch» tal como se pronuncia en Andalucía «muchacho», equivalente más o menos a la «ch» francesa o al diptongo inglés «sh». Utilizo el signo c para representar la consonante árabe «ain», grafema y fonema inexistente en las lenguas indoeuropeas.

EL FLORÍN DE ARAGÓN

Antecedentes
Tras la bancarrota de Florencia en 1345, Pedro IV el Ceremonioso comenzó a acuñar florines de oro en Perpiñán, ciudad recién adquirida al despojar a su cuñado Jaime III del reino de Mallorca y de los condados de Rosellón y de Cerdaña (no confundir con el reino de Cerdeña).

Origen y descripción del florín
El florín era la moneda de oro de la ciudad de Florencia desde 1252. Su símbolo moderno es ƒ.
Anverso: el patrono de la ciudad, San Juan Bautista descalzo, su cabeza de luengos cabellos nimbada de luz, vestido de tosco sayal, en actitud de bautizar sosteniendo una vieira en su mano derecha, y sujetando con su izquierda una vara coronada de una pequeña cruz griega. En la orla, la inscripción S·IOHANNES·B(APTISTA).
Reverso: la flor de lis, símbolo heráldico florentino.
Tamaño: el diámetro de la moneda oscilaba en torno a los 19 mm.
Peso: el peso oscilaba en torno a los 3 y ½ gramos.

Cambios introducidos por Pedro IV
Los cambios fueron mínimos, para mantener el aspecto general de una moneda prestigiosa. Se limitaron a redactar así la orla del reverso: ARAGO(NUM)REX. A partir de la primera devaluación se sustituyó el texto por este otro: ARAG(ONUM)REX·P, siendo P la inicial de PETRUS, por Pedro IV. Se mantuvo siempre la flor de lis.

Las cuatro devaluaciones del florín bajo Pedro IV
Desde 1346, el florín, con un diámetro de unos 19 mm, un peso de 3,54 gramos de oro, y una ley de 23,75 quilates (equivalentes a 990 milésimas), imitando la moneda de la quebrada Florencia, con los cambios indicados en el párrafo anterior, se acuñaba en Perpiñán, y sin marca de ceca. Pero pronto la Peste Negra llegó (1348) a Cerdeña, Mallorca, Cataluña y Valencia, propagándose rápidamente a Aragón. La terrible enfermedad acabaría exterminando a la tercera parte de los súbditos de la Corona de Aragón, donde fue conocida como «la gran mortaldat».
En 1351 el florín de Aragón fue devaluado por primera vez a 22,75 quilates /950 milésimas, manteniendo su diámetro y peso. Probablemente la devaluación fue consecuencia indirecta de la Peste Negra.
Entonces se introdujo en las monedas una marca de ceca: una «espada», emblema de Pere Blan, mestrececa de Perpiñán. La marca de ceca se acuñó en el anverso, a continuación de S IOHANNES B, entre esta última letra y la cabeza del santo.

En 1363, el florín fue devaluado por segunda vez, fijándose su ley en 20-22 quilates / 900 milésimas.

Entre 1345 y 1346 se produjo una tercera devaluación, bajando la ley del florín a 800 milésimas, desconociéndose la fecha exacta en que se tomó esta decisión devaluatoria.

En 1365 tuvo lugar la cuarta devaluación, que fijó la ley del florín en 18 quilates / 750 milésimas, permaneciendo desde entonces inalterado.

La marca de la ceca de Zaragoza era una C gótica. Otras marcas de ceca.
En 1369, año en que concluyó su guerra de trece años contra Pedro el Cruel, conocida como «guerra de los dos Pedros», el Ceremonioso arrendó la acuñación de florines en las cecas de Zaragoza, Valencia y Barcelona. La marca de la ceca de Zaragoza, Cæsaraugusta en latín, fue una C gótica. La marca de ceca de Valencia habría sido inicialmente una torre, pasando a ser después unas barras de Aragón en losange, que es el escudo de armas de la ciudad; finalmente, desde 1378, la marca fue una corona. La marca de la ceca barcelonesa fue una rosa formada por seis puntos. La marca de ceca de Mallorca fue una M gótica.

Las Cortes de Aragón prohiben acuñar florines en el Reino
Pero en 1371-1372, las Cortes de Aragón, reunidas en Caspe-Alcañiz-Zaragoza, y sabedoras de que el rey estaba acuñando florines de oro en la ceca de Zaragoza, votaron el fuero Quod aliqua moneta que prohibía las acuñaciones no aprobadas en Cortes. El fuero es largo. Entresacamos aquí lo esencial:

«Cum ... in Regno Aragonum aliqua moneta ... non debeat augmentari vel minuire per Nos sine voluntate Generalis Curiæ ... et Nos fecerimus, & fieri faciamus diversas monetas tam de auro, argento, quam de allis metallis ... quod moneta Iaccensis destruitur & destructa fuit, ... statim cessarent ... expressè contradixerunt cudimento, sive vatimento monetæ floreni
(Dado que en el Reino de Aragón otra moneda ... no deba aumentarse ni disminuirse por Nos sin voluntad de las Cortes Generales ... y Nos hicimos y mandamos hacer diversas monedas, tanto de oro, plata, como de otros metales ... por lo que la moneda jaquesa era destruida y destruida fue, ... de inmediato cesen ... expresamente contradijeron la acuñación, o batimiento de la moneda de florines).

El florín, moneda nacional aragonesa
No obstante, a pesar de esta oposición inicial, el florín, que llenaba una indudable necesidad monetaria, alcanzó general aceptación en éste y en los siguientes reinados. Llegó a ser la moneda por antonomasia del Reino de Aragón hasta época tan tardía como el rey Felipe, primero de este nombre en Aragón, que en su Paz y Concordia entre el Reino y la Santa Inquisición cifró en florines las eventuales sanciones pecuniarias.
En los florines no se indicaba jamás el año de acuñación.

El florín, moneda internacional
Cuando Pedro IV contrató a los mercenarios de Beltrán Claquín (Duguesclin) por ƒ 300.000, se acordó que Aragón pagaría solamente 1/3, el rey de Francia también 1/3, y la Santa Sede, que entonces residía en Aviñón, el tercio restante.
Ya el papa Juan XXII había acuñado en Aviñón grandes cantidades de florines con el cuño pontificio.
También se conoce una emisión de florines de oro del papa aragonés Benedicto XIII en la ceca de Aviñón, con el texto BENEDICTUS·PP·TREDECIMUS. Ver http://www.amicsdelpapaluna.org/
También el reino de Hungría acuñó florines de oro desde que, en 1325, adoptó esta moneda el rey Carlos I Roberto. Desde 1868 el Imperio Austro-húngaro acuñó florines de oro, hasta época tan reciente como el reinado de Francisco-José.

El florín, moneda contemporánea
Actualmente (2012), el florín es la moneda de Hungría (desde 1946), y lo fue también de Holanda, con el nombre de gulden, hasta la adopción del euro. Sin embargo, la tipología difiere por completo, en ambos casos, de la del florín histórico.

El florín ¿moneda del futuro?
En caso de que España – ojalá no - saliese del euro de motu propio o contra su voluntad, una posibilidad sería retornar al florín, en vez de a la devaluadísima y desprestigiada peseta.


EL MARAVEDÍ CASTELLANO

Origen del maravedí
Los primeros morabetinos fueron acuñados en Siyilmasa (desaparecida ciudad de Marruecos, en la región de Tafilalt, al nordeste de Marrakech) por Abu Bakr ben cUmar, caudillo de los almorávides, el año 450 de la Hégira (comenzó el sábado 28 de febrero del 1058 cristiano).
La moneda tenía un diámetro de 25 mm, pesaba 4,2 g, y era de oro prácticamente puro; su prestigio fue enorme, manteniendo su tenor en oro y su peso hasta que el miramamolín cAli ben Yusuf redujo su peso a 3,8 g en 1121. La ceca y el año de acuñación se indicaban siempre en la orla del reverso. Se mantuvo así incluso después de la fragmentación en taifas del imperio almoravid en la Península. En la España de estas segundas taifas tuvieron especial relevancia económica y política los morabetinos lopinos, así llamados por ser acuñados por el Rey Lobo de Valencia y Murcia. El sultán musulmán así apodado, cuyo verdadero nombre era Muhammad ibn Sacad ibn Mardaniš, pagaba al rey de Aragón Alfonso II cien mil morabetinos anuales, a cambio de la paz. En estas monedas se escribía el año de acuñación, referido a la Hégira.

El imam Muhammad ibn Tumart
Muhammad ibn Tumart nació en Tinmalal (Atlas marroquí), y se formó en Bagdad y en El Cairo. A su regreso al Magrib fundó una secta rigorista en lo moral y, en lo dogmático, intransigente en su defensa de la unicidad divina. Sus seguidores lo proclamaron Mahdi el año 500 de la Hégira (comenzó el domingo 2 de septiembre del 1106 cristiano) y fueron llamados al-muwahhidun, que en árabe quiere decir «los unitarios». Conocidos en la historia de España como almohades, su núcleo fundador fue la tribu o kábila de los Mazmuda. Este movimiento político-religioso arrancó de raíz y para siempre el poder de los almorávides, primeramente en Marruecos (la ciudad de Marrakech fue tomada en 1147), y después en la Península, fragmentada en taifas almorávides, donde provocó la caída del Rey Lobo Ibn Mardaniš (1172), reunificando la España musulmana.

Los morabetinos leoneses de oro
Los reyes de León y Galicia, tanto Fernando II el Baboso como su sucesor Alfonso IX, se enriquecieron con sus intercambios con el Imperio Almohade, y acuñaron sus propios morabetinos de oro, con su rostro en el anverso, y un león, animal heráldico del reino, en el reverso. Las orlas estaban redactadas en latín. La del anverso indicaba el nombre del rey, y en la del reverso se leía: IN NE PATRIS I FLI Y SPS SCI (Abreviatura de In nomine Patris et Filii et Spiritui Sancti).

Las doblas almohades
Los almohades reformaron drásticamente la moneda, sustituyendo los quirates redondos por dírhemes  cuadrados y, tras una primera fase en la que acuñaron pequeños dinares de oro, de 2,33 g de peso, batieron después monedas de oro de dos dinares, llamadas «doblas» y, también, «mazmudinas» (por la kábila de los Mazmuda). Eran muy delgadas, por lo que, para alcanzar el peso de 4,66 g, el diámetro llegaba a los 30 mm. Característica de estas monedas circulares era su cuadrado inscrito, y escrito con tres, cuatro o cinco líneas. Cada segmento circular contenía también un texto escrito. La ley, tanto en los dinares como en las doblas, era prácticamente de 24 quilates ó 1000 milésimas, es decir, oro puro. Fueron, naturalmente, muy estimadas, tanto entre los musulmanes como entre los cristianos. Se omitía casi siempre la ceca, y siempre la fecha de acuñación. En Castilla se utilizaron para grandes pagos. Y en Granada duraron hasta casi el final del reino.

La batalla de Úbeda o de las Navas de Tolosa (1212)
Cuando en 1212 cayó sobre Andalucía la Cruzada contra los almohades, se acuñaron en Toledo morabetinos de oro cristianos, de tamaño, peso, ley y aspecto iguales a los morabetinos musulmanes, incluso escritos en árabe, pero sustituyendo la cita coránica por San Mateo, 16, 16, por supuesto en árabe, así:

  بسم الاب والابن والروح القدس الله واحد من امن و اعتمد خلص

de pronunciación aproximada: Bismil Ab wa-l-Ibn wa-l-Ruh al-Qaddus, Allah Wahed; men amana wa ictamada, jalas (o sea, en buen romance: en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Dios Único; al que creyere y se bautizare, le bastará). Además, en el anverso se puso una cruz y, más abajo, las letras ALF, por Alfonso VIII de Castilla. En la orla se indicó, en lengua árabe, aunque jamás en números arábigos, el año de acuñación (se acuñaron entre 1211 y 1219 de nuestro calendario), pero referido a la era de Safar o era hispánica, cuya fecha cero es el año 38 a.C.
El desastre del califa almohade al-Nasir en la gran batalla de Úbeda (así la llama Zurita) o de las Navas de Tolosa (1212), fue el principio del fin del Imperio Almohade, de cuyos restos en la Península surgió el reino de Granada.

Las devaluaciones de Alfonso X: del morabetí al maravedí
Alfonso X de Castilla y León (1252-1284) se enfrentó, al inicio de su reinado, a una sublevación de los musulmanes murcianos, que venció con la ayuda de su suegro Jaime I el Conquistador, rey de Aragón.
En 1275 y 1276, los benimerines desembarcaron en Tarifa, lanzando algaras y saqueando las actuales provincias de Cádiz, Sevilla y Jaén. En 1277, Málaga pasó a manos de los benimerines. En 1282, su hijo segundo Sancho el Bravo se sublevó contra Alfonso X, al que Sevilla le permaneció fiel.
Consecuencia económica de éstos y otros quebrantos fueron las devaluaciones del morabetí o maravedí. Primeramente, el maravedí de oro pasó a tener 16 quilates / 666 milésimas de oro fino por gramo, lo que le daría una tonalidad bastante pálida: se le podría identificar con la aleación natural llamada electro.
Esta moneda fue suplantada por el maravedí de plata, seis de los cuales equivalían a uno de electro.
El maravedí de plata, a su vez, fue suplantado por el maravedí blanco o burgalés, con 3 partes de cobre por 1 de plata, y equivalente a 1/6 del maravedí de plata.
Así, durante este reinado, los pagos corrientes pasaron a hacerse en estos maravedises «de vellón», que era plata aleada con cobre o, mejor dicho, cobre con 1/3 de contenido de plata.
No se conoce en España un reinado con una devaluación monetaria tan desastrosa.

La dobla de la Banda
Alfonso XI, rey de Castilla y León (1325-1350), instituyó en 1322 la Orden de la Banda. Posteriormente se acuñaron hermosas doblas de oro con una banda transversal en el escudo.

Las reformas monetarias de Pedro el Cruel
Este rey de Castilla (1350-1369), contemporáneo de Pedro IV el Ceremonioso, delegó el saneamiento de las finanzas en su tesorero Samuel Leví, cuyas reformas permitieron seguir acuñando doblas de oro castellanas, del mismo peso y tenor en oro que las musulmanas, y aún más apreciadas. Copió además del reino de Mallorca los reales de plata, que tendrían larga trayectoria numismática, llegando hasta nuestros días, eso sí, con fortísima devaluación respecto a su tenor original de unos 3 g de plata.
Como es sabido, la vida de este monarca terminó en el Campo de Montiel con su dramática lucha a muerte (1369) contra el bastardo de Trastamara quien, con la inestimable ayuda de Duguesclin, le quitó la vida y el reino, instaurando una nueva dinastía.


ALGUNAS EQUIVALENCIAS MONETARIAS

Contravalores del florín de Aragón
Los valores de las monedas suelen ir variando con el tiempo, y el florín no fue una excepción.

En 1373 [3] Libro 10, §16, línea 202), el florín de Aragón equivalía a 8 y 1/2 sueldos jaqueses (1 ƒ = 8 s y miaja). (El óbolo, mialla o miaja era la moneda aragonesa más diminuta, y equivalía a 1/2 dinero).
En 1375, según el mismo Zurita, equivalía a 20 maravedíes castellanos, y también a 5/8 de dobla de oro morisca, ó 4/7 de dobla de oro castellana.
En 1410, y durante el Interregno 1410-1412, sabemos que 900.000 florines de oro de Aragón equivalían a 45 cuentos (o sea, millones) de maravedises castellanos, a razón de 50 maravedises cada florín.
En 1442, las Cortes de Aragón votaron el fuero De valore florenorum. En él se establecía la siguiente paridad: 1 florín de oro = 10 sueldos jaqueses (1 ƒ = 10 s).
En 1447, el florín se cotizaba a 14 sueldos jaqueses, y en 1466 subió hasta 16 sueldos jaqueses.

---oOo---

Etiquetas:


This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Suscribirse a Entradas [Atom]